La Guardia Civil cambia de estrategia por culpa de los chivatazos al móvil que alertan de sus controles

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

María Pedreda

La DGT estudia fórmulas para prohibir los avisos con la ubicación de las patrullas en la carretera

04 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es algo que no nos gusta nada. Los avisos de los controles de alcoholemia que se dan a través de aplicaciones y de las redes sociales son poco solidarios, son de listillos». Así define el director general de Tráfico, Pere Navarro, la situación que se está dando en las carreteras con el aumento de los grupos de usuarios que se comunican entre sí para alertar de la posición en la que se encuentran las patrullas. La mayoría de esos grupos están dirigidos a descubrir la ubicación de los controles de alcoholemia y de velocidad, pero la realidad es que esos mismos chivatazos pueden servir para avisar a todo tipo de delincuentes, desde narcotraficantes a secuestradores o asesinos. Todos se pueden beneficiar de una de esas alertas. El director de Tráfico cree que ese tipo de avisos son de «una España que ya había quedado atrás, como cuando se alertaba de la presencia de la Guardia Civil haciendo luces. Eso es de otro tiempo».

El responsable de la Dirección General de Tráfico se comprometió el martes en Santiago con los mandos de la Guardia Civil en que va a estudiar el tema en profundidad para buscar una fórmula legal que lleve a la prohibición de ese tipo de avisos. «Me llevo el encargo de ver qué podemos hacer», dice Pere Navarro, que recuerda que en Francia se han prohibido. Asegura que esas alertas causan un enorme perjuicio a la vigilancia y la seguridad vial. «Las patrullas de la Guardia Civil están ahí para tu seguridad, están para protegerte, para ayudarte, para que todos vayamos más seguros», explica el director general de Tráfico, que está convencido de que «una de las mejores medidas preventivas que hay en seguridad vial es la presencia de una patrulla de la Guardia Civil en la carretera. Ojalá tuviéramos más», asegura Navarro, que reconoce la preocupación existente en Galicia por estos chivatazos.

No es Galicia el único sitio donde se producen este tipo de avisos de controles, pero sí es cierto que aquí este tipo de avisos tienen una mayor eficacia debido a la compleja trama de carreteras que se extiende por toda la comunidad. Lo explica el teniente coronel Antonio Hidalgo, jefe de la Guardia Civil de Tráfico de Galicia: «Es un problema muy grave que nos afecta mucho más que en otras zonas porque en Galicia hay muchas vías de escape por la extensa red viaria que tenemos, de manera que el conductor que quiere evitar un control porque ha recibido un wasap no tiene que dar un gran rodeo. Coge el primer desvío para eludir a la patrulla y apenas tiene que variar su recorrido». En Galicia casi siempre hay un camino o una pista alternativa para llegar al mismo sitio.

Lo que sí hay que cambiar es la estrategia para la realización de los controles. Ya sirven de poco aquellos controles masivos que se realizaban con numerosas patrullas. Los chivatazos en los móviles y en las redes sociales obligan a la Guardia Civil de Tráfico a cambiar la forma en la que realizan la vigilancia en las carreteras. Al menos en lo que se refiere a los controles de alcohol y de drogas. «Nos estamos adaptando a esta situación nueva para hacer frente a ese tipo de avisos que tanto perjudican nuestra labor. Ahora estamos estableciendo lo que llamamos controles dinámicos, de muy poco tiempo, de unos minutos en cada zona», afirma el teniente coronel. Reconoce que si están mucho tiempo en el mismo sitio, su situación es comunicada rápidamente en los grupos que avisan de los controles.

Cuando tú avisas de un control estás dejando que un conductor borracho pueda estrellarse contra ti mismo o contra un familiar

«Galicia está llena de grupos de WhatsApp y de Telegram. Hay grupos que van desde las 300 personas hasta los que tiene miles de usuarios. Eso es lo que más funciona en Galicia. Van avisando de los controles y cada usuario se beneficia de ese tipo de avisos. Es muy difícil luchar contra eso», lamenta el guardia civil, que advierte de la inseguridad que se genera con esos chivatazos.

«Lo que se hace con los avisos de los controles es crear carreteras más inseguras», dice el teniente coronel, que recuerda lo que sucede con el alcohol, uno de los grandes problemas del tráfico en Galicia por el elevado número de positivos que se detectan entre los conductores. La Guardia Civil aparta de la carretera cada mes a unos mil conductores por haber bebido alcohol en exceso, una cifra que sería muy superior si no hubiese los chivatazos. Así lo cree Hidalgo: «Hay que tener en cuenta que en esos grupos están los que beben alcohol a diario y conducen, los que han perdido los puntos, los que no tienen carné. Eso es lo que hace que los avisos sean tan peligrosos. Cuando tú avisas de un control estás dejando que un conductor borracho pueda estrellarse contra ti mismo o contra un familiar».

Imagen de un control de alcoholemia de la Guardia Civil de Tráfico.
Imagen de un control de alcoholemia de la Guardia Civil de Tráfico.

El guardia civil recuerda que alrededor del 40 % de los conductores muertos en accidentes en Galicia llevaban exceso de alcohol: «Si encima estamos avisando, nos estamos perjudicando a nosotros mismos o a nuestros familiares y amigos. Podemos estar avisando a un conductor borracho que puede venir contra nosotros en la carretera».

«No es ningún juego»

Los controles más afectados por los chivatazos son los relacionados con la seguridad vial, pero esos avisos no solo preocupan a los responsables de la vigilancia en las carreteras. El resto de los cuerpos policiales también se consideran perjudicados por esta costumbre. «Esto no es ningún juego. La sorpresa es clave para enfrentarse a los delincuentes. Si alertas de la ubicación de los controles policiales estás poniendo en peligro la seguridad de los que más quieres». Esta es la advertencia que la Guardia Civil hace en su perfil de X (Twitter), y que está dirigida fundamentalmente a los más jóvenes, que son los que están más presentes en las redes sociales e interactúan con más frecuencia enviando mensajes anticontroles.

Los guardias civiles que investigan la actividad de estos grupos advierten que también hay un perfil muy importante de usuarios de mediana edad, de entre 40 y 50 años, que son los que utilizan esos servicios para saber dónde están los controles de alcoholemia cuando salen a cenar un fin de semana. Hay, por tanto, usuarios de todo tipo, lo que hace que los mensajes se extiendan con gran rapidez y puedan llegar también a delincuentes peligrosos. Las fuentes consultadas por La Voz señalan que transmitir la ubicación de una patrulla puede dar al traste con operaciones policiales de todo tipo, incluso antiterroristas en un país como España que se encuentra en alerta de nivel cuatro sobre cinco.