La encrucijada del Gran Peña

X. R. C. VIGO

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

El todavía filial, que disputará fase de ascenso a Segunda RFEF, podría renunciar a la Tercera y jugar en Preferente tras anunciar el Celta la ruptura del convenio

04 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La decisión del Celta de no renovar el convenio con el Gran Peña ha dejado muy tocada a la entidad de Lavadores. No solo en el presente, con el equipo acumulando siete jornadas sin ganar desde que se conoció la noticia, sino en clave de futuro. Porque Waldo Otero, su presidente, reconoce que en estos momentos el proyecto es inviable en Tercera y que jugar en Preferente sería una opción muy seria, aunque curiosamente, el hasta ahora segundo filial celeste está clasificado, y va a disputar, la fase de ascenso a Segunda Federación. «Tenemos que ver si podemos seguir en la categoría o no, porque económicamente es inviable con los gastos que hay. Para nosotros es imposible mantener un equipo en Tercera con los recursos que tenemos. Las taquillas son nulas y aquí todo el mundo cobra», comenta Waldo Otero, el presidente de la entidad.

Otero es sincero al reconocer que el club carece de recursos para mantener su estatus actual: «Para nosotros es inviable. Si fuéramos de un pueblo, con el apoyo del Concello y un patrocinador sería más fácil, pero aquí no hay nada. Aquí no tenemos ni publicidad. En Barreiro no podemos ponerla, la poca que tenemos está en el Carballal con las categorías inferiores, pero es algo mínimo. Los recursos son cero». En este contexto, no niega que el regreso al fútbol autonómico es el camino más recto para la supervivencia: «Si las ayudas no nos dan para asumir Tercera, jugaríamos en Preferente. Los desplazamientos son cortos, no hay comidas, los árbitros cobran bastante menos y un montón de cosas. Tampoco nos llegaría, pero ya es otro panorama», dice.

El presidente entiende la decisión del Celta, pero que no esperaba en absoluto: «No lo esperábamos, pero reconozco que nos avisaron dentro del tiempo del acuerdo. Yo pensé que seguiríamos porque estaban muy contentos con nosotros, pero están en su derecho de decir que no», reconoce. En estos momentos, el Celta es el que paga las facturas y el que pone los jugadores, que en su inmensa mayoría pertenecen a la entidad celeste. «Los jugadores tienen la ficha del Gran Peña pero quien les pagaba, porque nosotros pasábamos la factura, es el Celta. Son jugadores del Celta». Con muchos de ellos estarían encantados de continuar el próximo curso cuando vuelvan a ser un club independiente, pero lo ve inviable por motivos económicos.

Curiosamente, el segundo clasificado de Tercera División puede acabar en categoría autonómica, pero antes disputará una fase de ascenso a Segunda Federación sin renunciar a nada. «Si se asciende, no sé lo que puede pasar. Nosotros, si ya no podemos jugar en Tercera, en Segunda Federación todavía es más caro todo, pero no se sabe lo que pueda pasar. Yo animo los chavales a que peleen y si lo consiguen, para ellos, deportivamente, será mucho mejor. Tendrán más posibilidades de firmar en equipos más competitivos», dice el presidente, que reconoce que no llegan en el mejor momento al punto culminante de la temporada «pero para eso están los técnicos. Para que los animen y puedan levantar cabeza. Calidad tienen».

El fútbol base

Además, el fútbol base del club también se podría ver afectado, aunque Waldo Otero confía en mantenerlo del mejor modo posible. «En principio, no queremos tocarlo; estábamos con las escuelas del Celta y teníamos 13 equipos, pero también va a ser difícil mantenerlos. Tienes que pagar técnicos y otras cosas y es todo muy complicado».

Todo dependerá de la ayuda del Celta, económica y deportiva, que todavía está por concretar. «Veremos en qué nos puede ayudar el Celta. No sabemos nada todavía, sobre el papel no hay nada, aunque de palabra hemos hablado cosas», dice, señalando el 30 de junio como la fecha límite de todo: «Hasta ese día, tenemos tiempo, pero sería bueno saberlo. Yo tampoco voy a apretar. El Celta cumplió con el contrato, se acabó y no quisieron renovarlo y no le podemos reprochar nada. Estamos a la espera».

Mientras, reconoce Otero que lo está pasando mal: «Es duro, y yo me rompo la cabeza. Malamente duermo. Barrenas y barrenas, pero esperemos acontecimientos». Los daños colaterales de una ruptura que nadie esperaba.