Acampada en la Complutense por el pueblo palestino: «Exigimos al Gobierno y a las universidades que corten relaciones con Israel»

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Estudiantes de la Complutense acampan en el campus de la Ciudad Universitaria de Madrid en apoyo al pueblo palestino
Estudiantes de la Complutense acampan en el campus de la Ciudad Universitaria de Madrid en apoyo al pueblo palestino Fernando Villar | EFE

Los estudiantes se defienden de las acusaciones del PP y creen que relacionarlos con Hamás es una «excusa» para justificar la guerra en Gaza

08 may 2024 . Actualizado a las 19:20 h.

«Cuando tenía cinco años, un bombardeo israelí mató a mi mejor amigo en Nablus. Llevo en España tres meses porque destruyeron mi casa. Esta muestra de solidaridad nos ayuda mucho. El mundo entero puede ver que no estamos solos». Con esas palabras, Hamid insufla ánimos al más de centenar de estudiantes que han acampado en los aledaños del Edificio de Estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid en solidaridad con el pueblo palestino y en consonancia con el resto de protestas universitarias que surgieron en Estados Unidos y que se extendieron por Europa. En España hay también movilizaciones en comunidades como  Andalucía, Comunidad Valenciana y el País Vasco.

Acampados en tiendas de Quechua, los estudiantes han acudido para reivindicar el fin de la guerra en la Franja de Gaza, el cese de las relaciones universitarias y comerciales con Israel y el apoyo del internacionalismo con el pueblo palestino. «Exigimos también al Gobierno que ponga fin al comercio de armas», indica Daniel, que forma parte del Bloque Universitario por Palestina, la entidad organizadora de la acampada solidaria. Añade además que «estamos organizados con el resto de acampadas porque es una red de protestas universitarias. Tenemos que apoyarnos entre todas, nadie más lo va a hacer», asegura.

Los estudiantes no pierden de vista el horizonte de los exámenes. Han puesto un horario de 00.00 a 08.00 horas para permitir el descanso, han habilitado zonas de estudio y, además, planean establecer un punto en el que se pueda consultar literatura, además de aprovechar el internet del campus. La limpieza es impecable: hay bolsas de basura en cada esquina y todos hacen por colaborar en que las instalaciones se mantengan en condiciones. Unas instalaciones que, por otro lado, están parcialmente cerradas por el rectorado, como los baños.

Sara, que elige este seudónimo para evitar posibles represalias policiales, asegura que «la respuesta global que ha habido no es solo un hecho simbólico, tiene un objetivo, que también pasa por romper relaciones con empresas que financian el genocidio». Se siente feliz de estar acompañada por algunos palestinos en la acampada, a los que ve como ejes centrales del movimiento estudiantil. «Estamos bastante preocupados, en shock. Este genocidio ha sido financiado por EE.UU. y Europa. Escuchar testimonios como el de Hamid nos da ánimos y refuerza nuestra lucha», asegura, convencida de que esta iniciativa solidaria tendrá eco en rectorados y despachos políticos.

José, un profesor jubilado que ha acudido a repartir escritos suyos sobre Palestina, defiende también la campaña solidaria de los jóvenes. «Son ellos los que tienen la fuerza de cambiar las cosas. Nosotros ya estamos mayores, pero ellos tienen el espíritu y la fortaleza que necesitan para que el genocidio no continúe», explica.

 Dos enfoques ideológicos

La concentración juvenil ha llegado ya a las agendas de Gobierno y oposición, con contemplaciones muy dispares acerca de la naturaleza de la acampada. Desde el Gobierno, la ministra de Universidades, Diana Morant, ya expresó el martes tras el Consejo de Ministros que se siente «orgullosa» por los estudiantes «que tienen pensamiento crítico y que lo ejercen y lo transmiten a la sociedad».

También el exdirigente de Podemos, Juan Carlos Monedero, hoy presente en el campus para evaluar la acampada, señaló que « una universidad que no es crítica vale lo que un cuchillo sin filo». Otros dirigentes del sector a la izquierda del PSOE, como Rita Maestre o Mónica García, actual ministra de Sanidad, expresaron estos días su apoyo a los grupos universitarios acampados.

Por parte del Partido Popular, rechazo a las manifestaciones. El portavoz del PP, Borja Sémper, refirió en una entrevista en Antena 3 que dicha movilización está destinada «contra Israel y a favor de Hamás» y que pretenden «señalar a un culpable en exclusiva, Israel, y salvar de toda culpabilidad a una organización terrorista». El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, agregó que «aquellos que defienden la causa palestina atacan la causa israelí». Sara, ante estas declaraciones, añade: «Con esas declaraciones se retratan a sí mismos. Los estudiantes nos manifestamos por un genocidio. Que usen el nombre de Hamás es seguir la supremacía y la ocupación del sionismo».