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España explora la inteligencia artificial para detectar las ilegalidades en el mar

La Voz

PESCA Y MARISQUEO

Simulacro de abordaje en la terminal de Bouzas
Simulacro de abordaje en la terminal de Bouzas Oscar Vázquez

Tres empresas desarrollan por 8,76 millones aplicaciones «inexistentes»

27 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

España se propone dar todo un salto al futuro al «contratar soluciones innovadoras, inexistentes en el mercado», para desarrollar algoritmos que procesen imágenes de satélites, datos de geolocalizadores, señales de radio o de radar, entre otras informaciones ya disponibles, y aprendan a identificar posibles anomalías en el mar. El gran reto es crear y validar prototipos de aplicaciones que integren la inteligencia artificial en los satélites, de tal modo que desde el espacio envíen al momento a tierra comunicaciones documentadas sobre irregularidades. Alertas útiles para tareas de salvamento marítimo, pero también militar, aduanero o policial, porque permitirán detectar ilegalidades, amenazas o riesgos de casi cualquier índole.

Ya está en marcha un proyecto pionero en el mundo, en el que trabajan tres firmas contratadas por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Novación (CDTI), empresa pública adscrita al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Con cargo a fondos Next Generation, han sido seleccionadas entre las 18 propuestas recibidas a la convocatoria pública que, según el adjudicatario, «reflejan adecuadamente el estado actual de la tecnología y son una muestra representativa de las capacidades» de la industria española.

Dentro del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) Aeroespacial, ha adjudicado el diseño de las aplicaciones, su desarrollo, la validación de los prototipos y la verificación a Deimos España (3,01 millones de euros), GMV Aerospace and Defence (2,72) e Indra Sistemas (3,02 millones). La inversión en esta «compra precomercial de servicios de I+D» suma 8,76 millones.

Salvamento y uso civil y militar

Supondría un avance cualitativo y cuantitativo en la actual escala de madurez tecnológica (TRL, por sus siglas en inglés) detectar, identificar y clasificar «embarcaciones y elementos críticos, incluidas las amenazas, casi en tiempo real y utilizado datos de alta resolución», dice el CDTI. De estas «necesidades públicas» de vigilancia marítima ha advertido el Ministerio de Defensa. Además de velar por lo que sucede en los 1,5 millones de kilómetros cuadrados asignados a España en la cadena de salvamento marítimo mundial, la inteligencia artificial «puede facilitar la tarea» de otros muchos servicios públicos, con aplicaciones en el mundo civil y militar.

Con la información de satélites, radares, geoposicionadores e identificadores de los barcos u otros sensores marítimos, aéreos y terrestres, se creará una base de datos «de alta resolución». A la toma de decisiones de la inteligencia artificial también le ayudará la información sobre corrientes marítimas o condiciones meteorológicas, entre otras.

La documentación pública del CDTI abunda en los objetivos detallando que la tecnología ahora en desarrollo deberán detectar y posicionar en un mapa embarcaciones de al menos 10 metros de eslora, identificando el tipo (mercante, pesquero, militar...). También ha de localizar vertidos contaminantes de petróleo o plásticos, así como de hielo u otros objetos a la deriva.

Pesca ilegal, narcotráfico...

Contextualizándolas, entre las situaciones anómalas de las que alertará «casi en tiempo real», cita entradas y salidas de puerto, abarloamientos de embarcaciones, emergencias en plataformas petrolíferas o incendios en barcos. Otras son «tráfico ilegal de personal o inmigración ilegal, tráfico de armas, pesca ilegal, narcotráfico, piratería».

También se pretende que advierta de emergencias por causas naturales o intencionadas, choques de embarcaciones, «hostigamientos y actos de amenaza por parte de buques de guerra, actos terroristas en el mar, naufragios, embarcación a la deriva y amenazas a la infraestructura marítima crítica». Con los derrames en el mar, «deberá estimar el alcance o dimensionamiento de la catástrofe y la trayectoria de la mancha del vertido». Este último aspecto también se detallará en barcos a la deriva.

Cuando la inteligencia lance una alerta deberá informar a los operadores del sistema de «los posibles motivos por los que cataloga como irregular la situación», contextualizándola y ubicándola en un mapa, además de ofrecer «una explicación ponderando el grado de certeza».