Volviendo a los orígenes del paraguas

Xavier Fonseca Blanco
xavier fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA

RUNGROJ YONGRIT | EFE

Este invento, fundamental en Galicia, se remonta a la china de hace más de dos milenios

13 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La imagen que acompaña al texto fue tomada el pasado 6 de mayo en Tailandia. Un grupo de mujeres vestidas con trajes tradicionales portaban sombrillas para protegerse del sol. Muchas zonas de Asia llevan semanas con temperaturas extremadamente altas. En el caso concreto de Tailandia en la misma jornada en la que se realizó la instantánea, el termómetro llegó hasta los 43 grados.

El cambio climático acabará por reformularlo todo. Incluso podría restituir algunas viejas costumbres. Por ejemplo, el uso que le damos a una tecnología fabricada por los seres humanos y que resulta imprescindible en Galicia. Nosotros la llamamos paraguas. Sin embargo, su origen poco tiene que ver con la aplicación que le damos actualmente. La historia se remonta a China hace 2.400 años. Debido a la costosa elaboración, se consideraba un objeto de lujo y su uso estaba reducido únicamente a la gente más rica y poderosa, que lo utilizaban además para protegerse del sol y no tanto de la lluvia.

El paraguas llegó a Europa a través de la Ruta de la Seda, aunque su introducción no fue precisamente exitosa. Los europeos habían interiorizado desde la época de la antigua Grecia que se trataba de un objeto femenino y que se usaba solo en días soleados. La palabra inglesa umbrella proviene del latín y significa sombrilla. Es decir, estaba asociado a la protección solar, a mujeres y también a personas muy importantes, como el papa. El umbracullum, que servía para proteger al pontífice, aún sigue luciendo en el escudo del Vaticano que se muestra durante la sede vacante, el período en el que se elige un nuevo papa.

En la Inglaterra del siglo XVIII la historia de este accesorio cambia de la mano de un famoso empresario londinense, Jonas Hanway, que entendió la utilidad que tenía el paraguas en un clima tan húmedo como el inglés. Claro que su revolución le costó muy cara. Hanway sufrió un auténtico calvario por las burlas de los vecinos cada vez que lo sacaba a la calle. Sin embargo, con el tiempo la utilidad se impuso a la mala fama y acabaría convirtiéndose en lo que hoy es, un objeto de uso común y cotidiano para los días de lluvia y puede que en el clima cálido que nos aguarda también para los días en los que sol apriete.