Es la cofundadora de la sexta librería más antigua de Galicia y tiene en mente que uno de sus nietos herede un completo fondo bibliográfico sobre Ribadeo
09 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.Con Gráficas Santiago nació, en 1963, la librería con más tradición de Ribadeo, de la que Luisa Santiago García es cofundadora.
El haber vivido toda su vida entre libros le concede ciertas facultades, como acertar de lleno a la hora de emparejar una obra con un lector.
«Mi marido y yo nos queríamos casar, pero no queríamos ir a Madrid, que era donde él trabajaba. Lo pensamos y decidimos venirnos de Viveiro a Ribadeo, de donde era mi abuelo. Aquí había papelerías, pero no librerías», recuerda Luisa Santiago, quien reconoce que los inicios fueron duros.
Corazón y tesón de empresaria, defiende que «en cinco años no hay que tirar la toalla», una máxima que ha aplicado y que le ha valido para que la librería ribadense sea la sexta en funcionamiento más antigua de Galicia.
La cofundadora de Gráficas Santiago reconoce que su rincón especial de Ribadeo es el interior del negocio que ha compartido con su familia durante más de cuarenta años. Aparte de las paredes del local de la calle Rodríguez Murias, confiesa no tener ningún espacio preferido en Ribadeo: «La librería es el sitio que más me gusta y el que dice más de mi vida», una vida que comenzó la noche de San Juan del año 1935.
Aunque ahora disfruta de la jubilación, Luisa Santiago no puede evitar pasar a diario por el negocio familiar. Es una costumbre difícil de perder para una persona que todavía recuerda que el primer cliente de la librería, allá por 1963, fue una mujer.
La reconversión
Luisa Santiago vivió la apertura de un negocio, aunque la actividad de librera no era una novedad para esta viveirense de nacimiento, cuyo abuelo regentaba la papelería-librería Santiago, en la ciudad del Landro.
Pero, ¿quién leía entonces? En el negocio de Ribadeo atendió a clientes de distintos puntos de la comarca mariñana y del Occidente astur. «Eran profesores, médicos... En fin, las fuerzas vivas de entonces. En la librería que teníamos en Viveiro había dos médicos y dos farmacéuticos que iban todos los días. Eso ahora ya no existe».
A pesar de la trayectoria del negocio, Luisa Santiago reconoce que ha vivido épocas buenas y menos buenas, pero ninguna brillante: «Vivir sólo de vender libros es difícil».
Hace casi tres años llegó la reconversión: «Los pisos del local estaban muy viejos y había que hacer obra. No estábamos interesados en vender, así que decidimos obrar en el edificio». Primero fue el diseño y después las obras; el punto y final llegó con la inauguración de Casa das Letras, en marzo de 2006, cuando Gráficas Santiago cumplía su 42 aniversario. Luisa recuerda el premio de la Federación Galega de Libreiros por su contribución a la difusión de la literatura gallega.
La cofundadora está satisfecha con la reforma, con la zona de comercio, el fondo bibliográfico, la sala de lectura y estudio, la de conferencias y con el uso que se le da a las distintas dependencias de este establecimiento: «Unas instalaciones como estas sólo existen en Santiago, en la librería Couceiro; pero el nuestro no es un proyecto cultural fácil de encontrar en localidades tan pequeñas».