Investigadores de la USC comercializan un dato genético para conocer el sexo del rodaballo y potenciar las hembras

La Voz

A MARIÑA

27 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Un grupo de investigadores de la facultad de Veterinaria han comercializado un marcador (dato que facilita información sobre un gen que todavía no ha sido identificado) que permite conocer el sexo del rodaballo de acuicultura sin necesidad de esperar a que esté maduro, algo para lo que se necesita alrededor de dos años. El hecho de conocer el marcador del sexo con antelación es importante porque las hembras se desarrollan entre cuatro y cinco meses antes que los machos; es decir, cogen peso con más rapidez y, desde el punto de vista comercial, son más rentables.

El catedrático de genética de la USC, Paulino Martínez, dio ayer una conferencia titulada Aplicacións da xenómica para a mellora en acuicultura, en la que explicó, entre otras cosas, cómo se están aplicando las nuevas tecnologías en la acuicultura tradicional del rodaballo.

Con los métodos de selección convencional, los productores se están encontrando con varios problemas como el transcurso de dos años desde la fecundación hasta que los ejemplares superan el kilo y medio de peso; la necesidad de estar clasificando permanentemente a todos los ejemplares por talla para darles el pienso adecuado a su tamaño y separar a las hembras, que engordan con más rapidez; encontrar posibles anomalías en la pigmentación o en el aspecto que impidan la comercialización; y, por último, tratar de evitar las patologías con costosas campañas de vacunación.

De ahí que ahora se esté buscando la manera de hacer selecciones genéticas de las que resulten ejemplares sanos y resistentes al mayor número posible de patologías, y hembras, por su velocidad de desarrollo.

Para 2012

El marcador que ya comercializa el equipo de Martínez es un paso importante para avanzar en la localización e identificación del gen determinante del sexo, que permitirá saber si se trata de machos o hembras cuando son larvas y, a partir de ahí, adaptar todo el proceso de alimentación y crianza.

El catedrático de Xenética lleva más de cinco años trabajando en la identificación de los marcadores de ADN específicos de sexo en rodaballo y apuntó que, teniendo suerte y suponiendo que las investigaciones iniciadas den los resultados esperados, todavía serán necesarios otros dos años para dar con el gen determinante del sexo.

Por otra parte, en la conferencia que cerró el ciclo dedicado a genética, el catedrático Paulino Martínez insistió mucho en la necesidad de reducir al máximo la consanguineidad en las producciones de rodaballo de piscifactoría.

Explicó que uno de los pasos imprescindibles en la selección genética actual es la realización de análisis de paternidad para establecer el parentesco de cada uno de los ejemplares de la piscina.

Para ello, indicó que se corta un trozo de aleta, del que se obtienen los datos y la información necesarias para asegurar que la selección se está realizando de forma correcta.

En este sentido, también mostró a los asistentes, estudiantes de Veterinaria en su mayoría, distintas tablas que facilitan la clasificación de los ejemplares de una producción según la familia a la que pertenecen. De esta forma, es posible saber qué familias son las más fuertes o las más débiles, al aportar mayor o menor número de peces sanos a la producción. En el ejemplo que mostró, de mil rodaballos seleccionados, había representantes de 32 familias.