Ribadeo seguirá teniendo un muelle comercial, el de Mirasol, al menos los próximos diez años. El presidente de Portos, Álvarez-Campana, se presentó ayer por la mañana en la villa ribadense con el acuerdo firmado con Ence en la mano y pudo desvelar la verdad: en juego estuvo el ser o no ser de Mirasol, cuya dependencia de las exportaciones de pasta de papel de la celulosa de Navia es vital, ya que suponen en torno al 65 ó 70% de su facturación.
Ha sido el fruto de una negociación desarrollada las últimas semanas, dura y con muchas presiones y de la que ayer comenzaron a desvelarse algunos secretos. Así, se supo que responsables de Ence llegaron a anunciar a Portos que iban a dejar de operar en Mirasol, al derivar toda la celulosa que se fabrica en Navia por ferrocarril hasta el muelle de El Musel. Le dijeron que iba a ser así, en gran medida, por los compromisos políticos adquiridos tras firmar con el Principado y Feve un convenio para construir una vía ferroviaria por diez millones de euros. Entonces Álvarez-Campana advirtió de que si Ence dejaba de operar en Mirasol cerraría el muelle, por resultar inviable económicamente. Fue el punto de inflexión de las negociaciones, ya que a partir de ese momento la papelera se mostró proclive a llegar a un acuerdo, ya que en definitiva, logísticamente le interesa disponer de dos opciones, El Musel y Ribadeo, para evacuar la pasta.
Así se llegó al acuerdo que Álvarez-Campana presentó ayer en Ribadeo, apenas unos minutos después de cerrarlo en Santiago. Lo hizo primero ante la corporación municipal y después ante los medios de comunicación. Básicamente se resume en que Ence se compromete a exportar en los próximos diez años entre un millón y un millón y medio de toneladas de pasta de papel desde Mirasol, una cantidad que garantiza la rentabilidad del muelle. Por su parte, Portos abarata las tarifas -0,75 euros por tonelada- y hará mejoras como el dragado del canal y ampliar la zona de atraque para que puedan amarrar de forma simultánea tres mercantes. La inversión será de 2,6 millones.
El Musel se lleva el grueso del pastel, ya que Navia va a ampliar hasta unas 450.000 toneladas de celulosa anuales su producción. También recibirá los fletes de madera, unas 400.000 toneladas al año. Pero Mirasol ha salvado los muebles, cuando se jugaba a todo o nada.