Vestir chaqué con botas de agua se convirtió en una broma muy acertada en una boda en Alfoz
A MARIÑA
no todo fueron tormentas en el fin de semana en A Mariña. Las nubes ofrecieron la tregua justa para que en la parroquia de Santa María de Bacoi (Alfoz) la familia Rodríguez, propietaria del grupo Costiña S. L., referencia de la industria maderera gallega, ejerciese el sábado como anfitriona del enlace entre María González Rodríguez y Javier Villanueva. La celebración congregó en el solar familiar a gentes venidas de las cuatro esquinas de la piel de toro, media Galicia e incluso un poco más allá que incluye a Londres. Hasta diez establecimientos hoteleros. Desde Ribadeo a Burela, acogieron a los más de trescientos invitados a un banquete que sirvió el cátering Boketé, de A Coruña, con una magnífica puesta en escena a cargo de Jesús y su equipo de decoración de El Chipe, de Viveiro. La cuadrilla del novio, oriundo de Navarra, acostumbra a regalar una broma a la concurrencia. En este caso, su elección no pudo venir más a cuento: acompañaron sus irreprochables chaqués con unas rotundas botas de agua, capaces de vadear el charco más hondo hasta alcanzar la emblemática Casa Naranja, junto al río Ouro, lugar perfecto en el que repostar. Los padres de los novios, Miguel y Celia, Javier y Margarita, pudieron retirarse satisfechos tras una jornada redonda. Los más decididos, en cambio, se internaron a fondo en la madrugada, algunos incluso a pie, para comprobar que desde la barra del mítico pub Atalaia, de Ferreira, también se ve amanecer.
El autor al que este año se le dedicó el Día das Letras Galegas ha sido objeto de más homenajes un mes después. Alumnos del IES Vilar Ponte de Viveiro realizaron una dramatización poética con música y paisajes de fondo del Caurel. El espectáculo lo dirigió María Lozano.
La Cámara gallega la siguen visitando más mariñanos, ahora alumnos del Ceip número 1 de Cervo, que fueron recibidos por el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez.