Ayer, como cada primer miércoles de mes desde hace más de un año, volvieron a concentrarse en la plaza Maior de Viveiro afectados por la sentencia y la orden de derribo de pisos en Lodeiro. Pese a las numerosas promesas de colaboración que recibieron desde que comenzaron sus movilizaciones, su reclamación no ha cambiado y siguen «reivindicando xustiza para a situación que estamos a vivir 118 familias de Lodeiro e Río dos Foles, sobre cuxas vivendas pesa unha sentenza de demolición que a día de hoxe segue sen estar resolta».
El «calvario» de los afectados comenzó cuando el anterior gobierno local concedió la licencia para construir los edificios que habitan. Un ciudadano denunció que el permiso vulneraba la normativa y, en el año 2003, el Tribunal Superior de Xustiza le dio la razón y «dictou sentenza de demolición das nosas vivendas», recuerdan desde la Asociación de Veciños O Lodeiro. En el 2008, el Tribunal Supremo la ratificó. Con casi todas las vías legales agotadas, la orden firme de demolición podría evitarse si los tribunales aceptan la tesis de que no puede ejecutarse.