Si las necesidades de personal resultan perentorias, en los juzgados de Viveiro también hay carencias materiales y de otro tipo. Por ejemplo, las lluvias de los últimos días de febrero provocaron goteras en la oficina penal del juzgado número dos, lo que impidió trabajar en ella durante una semana. Además, persisten humedades y desconchados de una inundación que hubo hace seis años.
Tres días parados por la luz
El estado del sistema eléctrico del edificio judicial lo refleja el bajón de tensión que hubo el pasado 1 de diciembre en el juzgado número dos. Se estropearon todos los equipos eléctricos y fue preciso cambiar todos los ordenadores, lo que significó que ese toda una sala estuvo «paralizada tres días hábiles».
Insectos que reaparecen
Como sabrán quienes hayan acudido alguna vez a los juzgados viveirenses, la sala de vistas es de madera y «tiene zonas en muy mal estado debido a la polilla». Tanto que incluso «hay un socavón en la madera». Ante la posibilidad de que la polilla se extendiese a otros recintos, el noviembre se fumigó, pero desde entonces «han aparecido nuevos insectos».
Punto de encuentro familiar
«Urgentemente» precisan los juzgados más espacio para los archivos, ya que ahora «están prácticamente llenos y en breve» se agotarán.
Otras necesidades son «la adscripción permanente de un fiscal», así como «la ubicación en el partido judicial de un punto de encuentro» familiar.