11 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.
No hay mejor forma de complicarse la vida en un partido que menospreciar al rival. Y eso es lo que hizo el Rasoeiro el pasado sábado en la visita del colista de la Primera Autonómica al Monte da Vila.
Frente a un conjunto grovense excesivamente relajado, el Tirso Molina planteó un partido muy disputado, con diferencias cortas. De hecho, tuvo que ser el propio equipo visitante el que facilitase la victoria del Rasoeiro, al echar por tierra su trabajo a doce minutos de la conclusión. Las airadas protestas de dos de sus jugadores acabaron con sendas descalificaciones, que los hombres de Santos aprovecharon para irse cinco arriba.