Un grupo de desconocidos aprovechó la lluviosa madrugada de ayer para penetrar en al menos tres garajes comunitarios de la capital arousana. Los hurtos que sus protagonistas llevaron a cabo fueron de poca monta, pequeñas cantidades de dinero que los propietarios de los vehículos en los que se introdujeron habían dejado en ellos. Pero, pese al escaso montante de su botín, provocaron daños y quebraderos de cabeza a varios vecinos de la ciudad.
Dos de los garajes pertenecen a edificios ubicados en el entorno de la estación de ferrocarril. Al parecer, los autores de los asaltos aprovecharon algún despiste de los usuarios de los inmuebles para penetrar en su interior, puesto que los accesos no mostraban, en principio, señales de haber sido forzados.
Una vez dentro, los sujetos escogían una serie de automóviles para su inmediato registro. En uno de los casos, hicieron palanca en una de las ventanillas de un turismo hasta conseguir arrancarla. Tras depositarla en el suelo, los asaltantes inspeccionaron la guantera y revolvieron cuanto encontraron por delante. Sin embargo, no se llevaron nada. Ni en este ni en otros vehículos forzados de parecida manera o destrozando, directamente, alguna de sus lunas.
Delincuentes de poca monta
No sustrajeron aparatos de radio, ni dispositivos GPS, ni nada parecido. Únicamente el dinero en metálico que pudieron encontrar. Todo indica, por lo tanto, que se trata de delincuentes de baja estofa, sin posibilidades de colocar productos robados en mercado alguno. La policía científica investigaba ayer los rastros dejados por los autores de los robos a fin de identificarlos y proceder a su detención.