La última fase de Veiga da Lama y el edificio de Santórum, pendientes de que otras empresas puedan acabar las obras
02 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Las principales intervenciones inmobiliarias que el grupo Indeza emprendió en Vilagarcía aprovechando la bonanza del bum constructivo han llegado a un punto muerto. La crisis que amenaza a la otrora potente compañía, y que ha obligado a sus responsables a recurrir a la vía concursal para intentar salvarla, mantiene paralizados los dos proyectos que marcaron el desembarco de la firma nacida en Lalín en la capital arousana. Se trata, en total, de un centenar de viviendas levantadas en pleno centro de la ciudad y en Carril: el edificio que sustituye al antiguo taller de automóviles de Santórum y la urbanización Veiga da Lama.
El primero de ellos suma un total de 52 viviendas. El del viejo taller fue en su día uno de los solares más disputados de Vilagarcía. Con dos frentes, abiertos hacia la avenida Doutor Tourón y hacia el río de O Con, en el tramo paralelo a Rodrigo de Mendoza, la situación urbanística del terreno hacía innecesario un cambio de catalogación, por lo que la concesión de licencia de construcción constituía un trámite prácticamente encauzado. Su anterior propietario, Vicente Santórum, reconocía a finales del 2006 haber recibido distintas ofertas.
Finalmente fue Indeza quien se llevó el gato al agua. La normativa permitía elevar bajo, cuatro plantas y aprovechamiento bajo cubierta en ambas fachadas. El grupo se puso manos a la obra con la intención de poner en el mercado 52 viviendas ubicadas en pleno centro. La labor comercial desarrollada durante los primeros meses de la promoción consiguió vender la mitad de ellas, un total de 25 apartamentos. El estallido de la burbuja financiera y sus efectos demoledores sobre el negocio inmobiliario se interpusieron en la buena marcha del proyecto. Hoy en día, la urbanización se limita a un esqueleto de hormigón en el que nadie trabaja. Fuentes del sector indican, sin embargo, que es posible alcanzar una solución en cuestión de días, de forma que las obras prosigan aunque lo hagan bajo la tutela de otra empresa. Esta medida daría garantías definitivas a los compradores que ya han firmado, además de permitir que las viviendas restantes volviesen a ofertarse en el mercado.
El segundo proyecto se centra en la última fase de Veiga da Lama. La promoción de Carril, que incluye servicios como piscina y gimnasio, debería completarse con un edificio de 35 viviendas en el que no se registra actividad desde hace meses.