Llega la «estación sombría» y en Catoira, como ocurre desde hace diez años, la recibirán con una procesión de calaveras. Desde el Concello invitaban ayer a todos los vecinos a participar en esta acto que va camino de convertirse ya en un clásico de las vísperas de noviembre. Este viernes se desarrollará en el pabellón municipal de deportes un taller de confección de calaveras, donde el personal municipal le enseñará a los niños como vaciar las calabazas para convertirlas en tenebrosos cráneos humanos.
El resultado se podrá ver al día siguiente por las calles tras la salida de la procesión, a partir de las siete de la tarde. El itinerario será el habitual; salida del pabellón, recorrido por el centro de la localidad y recogida en el mismo pabellón donde para esa hora se montará una fiesta gastronómica celta. Como no, la calabaza será el ingrediente protagonista, presentado en formato de chulas y otros dulces elaborados por la asociación de amas de casa Muíños de Vento y en empanadillas de calabaza preparadas por un panadero. Todo gratis y no faltarán las castañas asadas.
La procesión transcurrirá siguiendo el ritmo que marcarán los acordes de la Banda de Música de Catoira y para darle más vistosidad a la comitiva, desde el Ayuntamiento hacen un llamamiento para que los establecimientos comerciales situados en el recorrido del desfile apaguen las luces al paso del mismo y coloquen calabazas en sus escaparates.
Antes del desfile, el sábado a las 18.00 horas, en la planta baja del pabellón de Infantil del colegio Progreso, la compañía Duende Sico ofrecerá una sesión de cuentacuentos inspirados en el Samaín.