Había colchones desperdigados por todas las habitaciones en las que duermen unas veinte personas
04 nov 2009 . Actualizado a las 10:42 h.Fue a la una y media de la madrugada de ayer cuando los bomberos recibieron el aviso de un incendio en una casa solariega de Vilagarcía abandonada desde hace muchos años. Cuando el retén de Vilagarcía llegó al lugar, había varios indigentes en la puerta que habían escapado de las llamas. Eran algunos de los okupas que habitualmente pernoctaban en el lugar. Con la confusión del momento, no supieron explicar cómo se habían originado las llamas ni si había todavía alguna persona atrapada por el fuego en el número 54 de la calle Vista Alegre, un edificio patrimonial pero en estado de abandono y que acumulaba ya muchas denuncias por el riesgo de derrumbe y porque habitualmente era refugio de toxicómanos e indigentes.
Los bomberos reconocieron que fue una labor difícil y cargada de tensión. Por una parte, porque al tratarse de un edificio muy viejo, todo de madera, abandonado y lleno de basura, las llamas se propagaron de inmediato. Por otra, porque cuando subieron a la segunda planta -donde se originó el fuego- se encontraron con un diseño laberíntico lleno de habitaciones, y que en todas ellas había colchones tirados en el suelo en los que se supone que dormía gente.
Todo se complicó cuando el techo cedió a las llamas y se desplomó sobre el piso. «Ata as once da mañá non estivemos seguros de que non había ninguén nos escombros, todo estaba cheo de fume e era difícil saber se quedaba alguén dentro». De ahí que a las labores de extinción se sumara la preocupación de los efectivos por rescatar a las posibles víctimas, que afortunadamente no había.
Hizo falta llamar también al retén de Ribadumia. En total fueron seis bomberos más el sargento los que se ocuparon de la extición de las llamas. Contaron para ello con los dos camiones contraincendios, la escalera de Ribadumia y un todoterreno. La calle se tuvo que cortar al tráfico para que pudiesen trabajar en condiciones.
La llegada de los curiosos
Los bomberos de Vilagarcía volvieron ayer al mediodía al lugar del incendio para asegurarse de que las llamas no se reavivaban, ya que al ser todo el edificio de madera se corría ese riesgo. Pero también fueron con la intención de tapiar el edificio e impidir la entrada, porque los curiosos ya se estaban acecando por el lugar y el estado del suelo y las paredes no garantizaba su seguridad.