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Bata y Cáritas ayudan a O Salnés a elegir los cultivos más resistentesUn invernadero para dos parados

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Hortumia y varios productores colaboran también en un proyecto que quiere recuperar tierras improductivas

16 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Encontrar nuevos cultivos que permitan poner en valor la huerta al mismo tiempo que se trata de poner en valor un sector que puede convertirse en una alternativa al paro es uno de los principales objetivos del proyecto Nuevos Horizontes, puesto en marcha por el Grupo de Desenvolvemento Rural (GDR) de O Salnés. La iniciativa tiene una segunda vertiente, destinada a colectivos de inclusión social. Bata y Cáritas se han sumado al proyecto para tratar de encontrar en la huerta una alternativa para gente sin recursos o con algún tipo de minusvalía.

El proyecto se lleva a cabo en varias regiones de Galicia, como O Salnés, y Asturias. Tiene tres objetivos distintos: identificar las producciones tradicionales y los nuevos cultivos con potencial, estudiar vías de comercialización de estos cultivos y encontrar una bolsa de personas interesadas en incorporarse a la actividad agraria.

La iniciativa ha comenzado con la entrega de semillas a los productores que participan en esta iniciativa. Las cooperativas Hortumia y As Leiras y las asociaciones Bata y Cáritas recibieron ayer sobres de semillas de grelos, cebollas de Betanzos, Ribadeo y Vilagarcía, tomates de Santiago y repollo de Betanzos para plantar en sus respectivas plantaciones. También recibirán un análisis de sus tierras y dispondrán de apoyo técnicos. Por su parte, el GDR se encargará de recoger todo tipo de información sobre estos cultivos con el fin de determinar cuáles son más resistentes y se cultivan mejor en esta comarca.

Al mismo tiempo, este proyecto permitirá a Bata poner en marcha un módulo de formación en agricultura. «Temos unha parcela de mil metros cadrados e queremos poñer en marcha un módulo de formación de xornaleiro», explican. Al igual que Cáritas, esta entidad busca ofrecer a sus beneficiarios una forma de reincorporarse a la sociedad.

Hace ya tiempo que Cáritas trabaja en la agricultura. La entidad dispone de un invernadero de 1.200 metros cuadrados y de otros 6.000 metros cuadrados cultivados al aire libre. Allí trabajan las personas a las que atiende este colectivo, que venden a Horsal su producción. Este año, la entidad ha decidido ceder su invernadero a una familia cuyos dos integrantes se habían quedado en el paro. «Le dejamos la finca y le damos semillas y productos para que ellos puedan trabajarlo», explica Cáritas, que también colaborará con el GDR.