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Solo cien socorristas vigilan los 70 kilómetros de playas barbanzanas

BARBANZA

El sistema de reparto de las subvenciones para la contratación de profesionales despierta algunas críticas

06 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Como cada año, el inicio de julio marca la entrada en funcionamiento del servicio de socorristas. Si la contratación de profesionales a estas alturas, cuando la temporada de baño empezó hace algunas semanas, despierta las críticas de las autoridades locales y de los usuarios de los arenales, la cifra de vigilantes que se encargarán del control de la costa no contribuye, en general, a arreglar mucho la situación. Solo serán cien las personas que estarán a disposición de vecinos y visitantes en los setenta kilómetros de playas de Barbanza. Y nunca coincidirán todos trabajando, puesto que en casi todos los casos se establecerán turnos.

Aunque, a priori, podría pensarse que un centenar es un número considerable, hay que tener en cuenta que en Barbanza hay 90 zonas aptas para el baño y que con los profesionales contratados solo podrán vigilarse una treintena. Y en este grupo, como sería lógico pensar, ni siquiera están todos los arenales considerados peligrosos.

Si bien es cierto que algunos concellos recurren a fondos propios para contratar a socorristas, en general, las limitaciones presupuestarias impiden a los ayuntamientos dotar a los arenales de los servicios de vigilancia adecuados. En este sentido, algunas autoridades no dudan en criticar el sistema de reparto de subvenciones: «Non se teñen en conta cuestións como a afluencia de bañistas ou a perigosidade das praias», denuncia el edil sonense Carlos Santamaría.

Cifra escasa

Como argumentos aporta varios datos: «Temos doce socorristas para as Furnas, Boca do Río, Seira, Area Longa, Aguieira e Coira; pero O Son ten 25 areais, algúns deles moi perigosos».

La situación es peor en Muros. De las 23 playas del municipio, solo tres (Louro, San Francisco y Ancoradoiro) tienen vigilancia. El ejecutivo considera la posibilidad de realizar un esfuerzo económico para el próximo año e incrementar el número de socorristas, que se limita a tres, y optar a la consecución de alguna bandera azul. Los problemas de personal se repiten en Carnota, donde solo la playa principal está controlada.