La antesala de las vacaciones de Semana Santa fue una auténtica fiesta para los alumnos del instituto de A Pobra, que ayer llenaban la biblioteca del centro educativo con motivo de la entrega de diez becas en las que se premia su talento creativo y deportivo.
De maestro de ceremonias ejerció el director, José Luis Nogueira, que fue el encargado de dar a conocer el nombre de los ganadores en los dos concursos convocados por el centro: el certamen de relato breve A Caramiña y el de murales, este último realizado por primera vez este año, así como el de las seis personas agraciadas en la cuarta edición de las becas Juan Lampón, concedidas por los padres del ex alumno del centro educativo y regatista fallecido trágicamente cuando participaba en una prueba náutica.
Alto nivel
José Luis Nogueira afirmó estar orgulloso de que todos los proyectos nacidos en el seno del instituto tienen continuidad. Además, subrayó la calidad de los trabajos presentados en esta ocasión, así como el elevado nivel de participación. Incluso, el director comentó que en el certamen de relatos se recibieron trabajos procedentes de otros centros educativos.
En el caso del concurso de relato breve A Caramiña, los ganadores de las tres categorías fueron Noa Varela, Alba Fernández Souto y Simón Fernández Castro.
Por lo que respecta al concurso de murales, el premio recayó en Amparo Fernández. El director señaló que hay un mural que se dibujará en la entrada del centro educativo porque la dirección considera que contribuirá a dar una imagen del dinamismo del instituto.
Huella
Al mismo tiempo, animó a los chavales a continuar en la línea de trabajo actual: «O centro é voso. Vos deixades a vosa pegada».
Cada vez que desde los micrófonos se daba a conocer el nombre de alguno de los elegidos por el jurado calificador de los trabajos, la biblioteca estallaba en aplausos y exclamaciones de felicitación hacia los ganadores. No sin cierto nerviosismo, cada uno de ellos se acercaba al estrado para recoger su diploma acreditativo. La única que no pudo hacerlo fue Alba Fernández, quien, casualmente, ayer no acudió al centro educativo, según explicó uno de los docentes cuando oyó pronunciar su nombre.