Decepcionados. Así regresaron de Santiago los portavoces de los armadores de Portosín que mantuvieron una reunión de trabajo con los miembros del órgano de gestión de la reserva marina de Lira. Y no era para menos. Desde que se puso en marcha, los cerqueros tienen prohibido utilizar sus redes en su interior. Los empresarios, y apelando a cuestiones históricas, pues llevan faenando muchos años en esas aguas, reclaman a la Administración que les permitan faenar en Os Miñarzos. A pesar de la solicitud, sus peticiones fueron rechazadas, por lo menos, para este 2009. Hace casi dos años, la Xunta decretó la puesta en marcha de la primera reserva marina de Galicia, situada en la costa carnotana. Para poder pescar en su interior hay que cumplir una serie de requisitos con la finalidad de preservar la pesca y sus recursos. Uno de los colectivos que salió más perjudicado con la entrada en vigor de esta decisión, fue el cerco, principalmente de Portosín, pues los barcos con base en este puerto no pueden utilizar sus redes dentro de la limitación de Os Miñarzos. Selectiva El patrón mayor, Eduardo Carreño, señaló que este colectivo siempre faenó en la zona ahora restringida y sus capturas se corresponden a especies pelágicas que precisamente no crían en la reserva y normalmente suelen acercarse a la costa. Los armadores de Portosín consideran que su arte de pesca es muy selectiva y en ningún momento provocan daños a otras especies, por lo que reclaman la posibilidad de seguir faenando y en especial aquellas embarcaciones más pequeñas, que suelen trabajar más cerca de la costa. Cambio de gobierno Desde que se prohibió al cerco faenar en la reserva marina, desde el pósito sonense se han hecho numerosas gestiones para mantener un encuentro con los responsables de su gestión. Con el cambio de gobierno, se demoró más de los deseado y por fin, hace unos días tuvo lugar una reunión entre los miembros del órgano de Os Miñarzos y una representación de los armadores, encabezada por el patrón mayor, Eduardo Carreño. El dirigente señaló que les pusieron al corriente de su situación y pidieron que les dejasen faenar en su interior, y en especial a los barcos más pequeños, que son los más perjudicados. Carreño comentó que la decisión adoptada no es favorable a sus intereses, pues la contestación fue que «este ano non poderemos botar as redes nesa zona, pois queren facer un plan de xestión da reserva e non nos deixan traballar. O que nos dixeron foi que o cerco é unha arte moi selectiva pero cando captura pescado, colle moita cantidade». La decisión es solo para este año y en el próximo ejercicio se reunirán de nuevo para estudiar el problema.