Marineros barbanzanos afirman que el «Prestige» apenas dejó secuelas

J.?M. Jamardo

BARBANZA

13 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

«O desastre do petroleiro e auga pasada». Así se expresaba el patrón mayor de Porto do Son, Tomás Fajardo, al referirse al accidente del petrolero Prestige hace ahora siete años, y que provocó un vertido de fuel que impregnó parte de la costa gallega. Después de tanto tiempo, la mayoría de los marineros de la zona afirman que las consecuencias del vertido ya son historia y no afectan ni a la flora ni la fauna de las aguas gallegas.

El temor se apoderó de los profesionales del mar tras comprobar el estado de las playas y de las ingentes cantidades de fuel que entraban en las rías gallegas. Desde Carnota hasta Aguiño fueron miles de personas las que bajaron a la costa para retirar cientos de toneladas de chapapote. Tal y como estaba la costa, «aquilo parecía imposible de quitar e a maioría dos mariñeiros pensabamos que non volveriamos a pescar en varios anos», comentó un armador muradano.

Los bateeiros jugaron un papel muy importante en la lucha contra la contaminación. Agustín Pose, presidente de la agrupación de mejilloneros de Cabo de Cruz, recuerda que todos ellos tenían un sentimiento de «impotencia» ante una avalancha de fuel en las rías gallegas. «Tivémolo moi claro nun primeiro momento: Se non saímos ao mar, a actividade económica da ría de Arousa sería unha catástrofe».

La única idea que «tiñamos, era parar a marea negra. Non sabiamos como, pero non se podía deixar entrar na ría».

Decenas de lanchas y barcos de todo tipo salieron al encuentro del chapapote que ya estaba a la altura de Sálvora. «Cando se soubo da nosa iniciativa, comezaron a chegar a Galicia e ás costas miles de voluntarios para retirar o petróleo».

Uno de los lugares donde tuvo más incidencia la catástrofe fue en Carnota. El patrón mayor de Lira, Juan Manuel Gómez, afirmó que no olvidará nunca el color y el olor que había en toda la costa. No quiere pronunciarse sobre si el vertido tuvo alguna incidencia sobre las especies. Eso sí, comentó que «dende que foi o accidente do petroleiro, as capturas de diversas especies baixaron de forma considerable». Por último, tuvo un recuerdo especial para «os miles de voluntarios que viñeron a axudarnos a limpar as costas. Se non fora por eles, aínda teriamos piche nas pedras».

Consecuencias

José Antonio Lago Vidal era en el año 2002 el patrón mayor de Muros, otra de las zonas más afectadas por la marea negra. El armador comentó que pasaron unos días muy malos debido a las consecuencias que podría traer para el sector pesquero y marisquero.

Después de siete años, «non queda resto ningún no mar e tampouco afectou ás especies, pois temos o mesmo peixe e o mesmo marisco que había antes de que fundira o barco».

El ex dirigente comentó que una de sus preocupaciones era que la gente del mar tuviese para comer. «Non se podía saír a traballar e o futuro non era nada bo», subrayó.

Lago Vidal señaló que la catástrofe del Prestige es un mal recuerdo. «Quédome coa axilidade que tivo a Administración cos afectados, pois a súa rápida intervención propiciou que puidesen cobrar as axudas aos quince días. Foi algo que me encheu de satisfacción, pois todo o mundo dicía de que ían vivir se non saían ao mar».