Las gélidas relaciones entre BNG y PSOE frenan cualquier cambio en Muros pese a algunos intentos
BARBANZA
Solventada la papeleta en Porto do Son, que incomodaba a muchos socialistas y nacionalistas -había responsables de ambos partidos que no entendían cómo se podía dejar gobernar al PP-, algunas miradas empiezan a apuntar a Muros; un sitio con una situación política bastante sui géneris. Dosil y su equipo, del BNG, llevan desde el inicio del mandato gobernando mano a mano con el Partido Popular. Y, al parecer, no se ven cambios en el horizonte.
Aunque voces autorizadas hablan de contactos para darle la vuelta a la tortilla, parece que las gélidas relaciones entre BNG y PSOE frenan cualquier cambio. Y que, a lo sumo, lo que podría pasar es que los nacionalistas gobernasen en solitario. Pero a día de hoy suena improbable.