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El ambiente castrexo inunda las calles de la villa sonense

Adriana Baamonde RIBEIRA/LA VOZ.

BARBANZA

Artesanos procedentes de los más diversos lugares muestran sus productos

24 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La Feira Castrexa arrancó en la mañana de ayer en Porto do Son con un mayor número de puestos que en ediciones anteriores. Las actividades son aún más diversas y hay una gran oferta de ocio para turistas y sonenses. La actuación de un fauno en la plaza de España fue el pistoletazo de salida de esta nueva edición. En cuanto los expositores, la variedad es enorme y se exhiben objetos muy originales. Este año no solo se ha aceptado la participación de artesanos, sino que también se les ha permitido a los negocios de la localidad participar en el mercado colocando su material a pie de calle.

Entre los productos que pueden encontrarse en las calles ambientadas de época figuran desde los tradicionales trabajos en cuero, plata y cristal, hasta jabones, cosmética natural, alpargatas para críos hechas a mano y patucos de cuero y fieltro. Tampoco faltan los puestos de de quesos y dulces. Para los que disfruten más con la gastronomía típica, los bares del pueblo se han convertido en tabernas castrexas decoradas de forma apropiada para la ocasión.

Diversidad

Los artesanos han llegado desde diferentes puntos de España: Madrid, Barcelona, Valencia y, por supuesto, también hay vendedores autonómicos especialistas en artesanía celta. En cuanto a las actividades, el Centro de Interpretación del Castro de Baroña acogió una charla a cargo de Ángel Concheiro, quien habló sobre la Edad de Hierro.

En cuanto al éxito de la feria, la organización se muestra optimista y espera que haya más afluencia que en años anteriores.

Sin embargo, en la tarde de ayer se produjo un ligero contratiempo porque algunos expositores se quejaron al edil de Cultura, Ramón Quintáns, argumentando que se les había indicado que sería una feria con pocos puestos, y solo de carácter artesanal, mientras que la realidad era otra.

A raíz de estas quejas tuvo lugar una reunión en la casa consistorial con el concejal Ramón Quintáns. Este negó que se les hubiese dicho que iba a ser una cita con número reducido de expositores y argumentó que algunos no habían abonado el dinero correspondiente.