Los primeros -pero no por ello apresurados- resultados que se han obtenido del estudio encargado por la Consellería de Cultura para analizar la salud del castro de Baroña revelan el «estado calamitoso» en el que se encuentra esta construcción que anualmente recibe miles de visitas de manera incontrolada y a las que nadie pone freno sobre lo que se debe o no hacer en el yacimiento.
Era precisamente uno de los arqueólogos encargados de realizar este chequeo a los pies del litoral sonense quien aseguraba que han de tomarse medidas urgentemente, ya que hace más de catorce años que la mano del hombre no contribuye a la restauración de estas históricas piedras, que suponen uno de los mejores legados del hombre en todo el territorio gallego. Añaden también que este verano el paso incontrolado de turistas generó una basura que todavía es visible hoy en día, tanto en el entorno del castro como en su interior. Otra de las evidencias que demuestra esta caótica situación es la permisividad con la que los turistas levantaron por segundo verano consecutivo pequeñas esculturas con los cantos del entorno, que aunque pertenecen al arenal anexo pueden dar píe al mismo uso con las piedras protegidas, añadieron los mismo expertos.