Si nunca se ha comprado por Internet, estos son algunos consejos útiles para que la primera operación no se convierta en una mala experiencia. Si, por el contrario, ya se ha hecho, nunca está de más tener en cuenta lo siguiente: Utilizar el sentido común. Conviene desconfiar de los precios anormalmente bajos y, sobre todo, de los regalos. En Internet, como en las tiendas de toda la vida, nadie acostumbra a dar nada.
Hay que desconfiar de las empresas que no tienen dirección física y de las que no disponen de un número de teléfono fijo. Comprobar que los datos que se facilitan en la web son reales. Por ejemplo, llamando al número que aparezca o verificando la calle en la que se ubica. Comprar solo en lugares seguros. Las páginas consideradas como seguras acostumbran a tener una dirección electrónica que comienza con las letras https. También son fiables las páginas en las que aparece un candado cerrado o bien un dibujo de una llave en la parte inferior derecha. Vigilar las condiciones del envío. Antes de adquirir un producto conviene conocer las condiciones que se aplicarán al envío. Es decir, las formas de entrega, la existencia de un seguro, los posibles costes de devolución, etc. Precauciones con el pago. Aunque lo ideal sería el pago contra reembolso una vez recibida la mercancía, la mayoría de las compras se suelen abonar por el sistema PayPal (habitualmente seguro) y de distintas tarjetas de crédito. Una buena precaución pasa por habilitar una cuenta bancaria exclusiva para este tipo de transacciones, donde esté ingresado solo el dinero necesario para hacer cada operación. Política de privacidad. Es obligatorio que las empresas la tengan a disposición del internauta. Leerla es una buena forma de asegurarse de que los datos personales no circulan libremente por la red. En este sentido, conviene facilitar solo lo obligatorio para la compra. Cuanto menos información facilite, mejor. Copias en papel de las operaciones . Conviene guardar una copia de todo el proceso, desde la página donde se publicitaba el producto hasta los datos de la transferencia bancaria, pasando por la información de la empresa y los términos legales de compra. Puede ser muy útil en caso de reclamación.