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La rehabilitación de viviendas cobra auge debido a la crisis

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA/LA VOZ.

BARBANZA

Las licencias para arreglar casas son una de las principales vías de ingresos del impuesto de construcción

05 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Hay que remontarse al ejercicio 2007 para encontrar municipios, como Ribeira, Boiro o A Pobra, en los que los ingresos derivados de la concesión de licencias de obra se contaban por millones de euros. Este año escasamente se cuentan por miles y las cifras que ofrecen los ayuntamientos no llegan, en muchos casos, ni para sufragar el arreglo de los baches que van naciendo en las carreteras locales a medida que el otoño camina hacia el invierno. En este panorama de debacle del sector constructivo, la rehabilitación de casas, en muchos casos tradicionales, cobra auge.

En este momento, el arreglo de inmuebles constituye, junto con la realización de viviendas unifamiliares, el grueso de los ingresos que reciben los ayuntamientos por la vía del impuesto de construcción. En Muros, por ejemplo, se han expedido desde enero 18 autorizaciones para la restauración de inmuebles situados fuera del área de protección del casco histórico. En la zona monumental hay otras 24 viviendas en fase de rehabilitación y para otras 13 se están redactando los proyectos.

Por lo que respecta a Rianxo, hay 47 actuaciones en marcha y también en Outes se ha detectado un ascenso en este ámbito. De hecho, el regidor, Carlos López Crespo, afirma: «Estase vendo unha recondución dos cartos cara a rehabilitación». El mandatario outiense considera positivo el fenómeno: «É importante dende o punto de vista da preservación do patrimonio popular. Antes os cartos gastábanse en edificar».

Recorte de subvenciones

Sin embargo, y según apuntan desde varios concellos, el creciente auge de la rehabilitación puede verse mutilado por la drástica reducción de las ayudas concedidas por la Xunta. Hasta ahora podían conseguirse, en función de la actuación a desarrollar, subvenciones por un importe máximo de 30.000 euros y mínimo de 24.000 para casas situadas en cascos históricos o zonas rurales. Estas aportaciones se verán reducidas el próximo año a 8.000 y 6.000 euros.

Las que sí se mantienen, al menos por el momento, son las bonificaciones procedentes del Estado. En el caso de reformas que afecten a la estructura y cuyo importe total supere el 25% del valor catastral de la propiedad, el promotor de la actuación ve reducido del 18 al 8% el impuesto del IVA.

Mazaricos en cabeza

Sobre la importancia de la adecuación de casas saben mucho en Mazaricos. En esta localidad nunca han vivido el bum constructivo, pero sí el del arreglo de inmuebles: «Somos o concello da provincia de A Coruña no que se fan máis rehabilitacións. De feito, levámonos o 40% das subvencións na provincia durante os últimos cinco anos. Triplicamos en permisos ao seguinte da provincia», indica el alcalde, José Manuel Santos Maneiro. El regidor afirma que la clave de este éxito radica en que desde el concello se efectúan todos los trámites, incluido el anteproyecto.

Santos Maneiro tiene, además, otro motivo para estar satisfecho. En una época de recesión como la actual y con un sector lácteo que tampoco atraviesa por su mejor etapa, los ingresos obtenidos por el impuesto de construcción se han incrementado, a falta de un mes para el cierre del ejercicio, con respecto a años precedentes. El alcalde no duda en afirmar que «isto ten unha lectura, estamos vivos». La realización de obras en establos o la construcción de granjas nuevas es una importante vía de ingresos para un ayuntamiento cuyo sector ganadero constituye la columna vertebral de su economía.

La recuperación de casas tradicionales cobra fuerza en la misma proporción con que se hunde el sector de la edificación. Los datos no dejan lugar a dudas. Según la información facilitada por los once municipios que integran el área barbanzana, solo en Ribeira y Noia se han expedido este año licencias para la construcción de bloques de viviendas. En el caso ribeirense de otorgó una autorización.

Bajo mínimos

A los restantes concellos no ha llegado ni un solo proyecto. Los ingresos derivados del impuesto de construcción están en mínimos históricos y Boiro es el municipio barbanzano que presenta las mejores cifras. Según los datos aportados, los ingresos hasta noviembre ascienden a 315.000 euros, cuantía a la que hay que sumar cerca de 20.000 euros procedentes de las liquidaciones definitivas de las obras efectuadas. Eso sí, la totalidad de los permisos concedidos fueron para viviendas unifamiliares, rehabilitaciones y construcción de naves industriales.

Con 315.000 euros, Boiro se convierte en el término con los ingresos más elevados y, sin embargo, esta cifra es inferior en 1,6 millones de euros a la que las arcas locales percibieron en el 2007. La situación de Ribeira es mucho más calamitosa, pero lo cierto es que los únicos que no notan la crisis constructiva son términos como Lousame o Mazaricos.