Al contrario de lo que sucede con las cifras del desempleo, donde el número de mujeres en paro es mayor y crece más que el de los varones, la evolución de las cotizaciones a la Seguridad Social en el último trienio arrojan un resultado diametralmente opuesto. De hecho, nueve de cada diez personas que se dieron de baja en alguno de los regímenes de cotización de la entidad de protección social del Estado eran hombres. O lo que es lo mismo, mientras se registra una desaparición de 2.477 cotizantes varones, el número de mujeres que dejaron de serlo fue únicamente de 269.
Ello se produce pese a que el número de contratos de trabajo en la industria manufacturera del pescado o en el sector del comercio, donde tradicionalmente existe un porcentaje importante de mano de obra femenina, también arrojan un descenso importante en el último lustro.
De hecho, según los datos del Instituto Galego das Cualificacións da Consellería de Traballo, el porcentaje de empleados en estos dos sectores representa, actualmente, el 24,51% del total, por el 30,96% que suponía en el 2005.