«O problema non é que vendas o produto barato, senón que non hai xente para mercalo»

María Varela RIBEIRA/LA VOZ.

BARBANZA

14 ene 2011 . Actualizado a las 02:00 h.

El empresario boirense José Abelleira, propietario de un concesionario Ford radicado en el polígono de Espiñeira, reconoce que las cosas no marchan demasiado bien para el sector. Manifiesta que el Plan 2000 impulsado en el 2009 por el Gobierno central, con aportaciones económicas de fabricantes y la Xunta, resultó favorable y permitió, en líneas generales, el incremento de unas ventas que estaban de capa caída, pero precisa que ahora el ámbito automovilístico vuelve a sentir los efectos negativos de la recesión.

A medio plazo, José Abelleira no augura un futuro demasiado prometedor: «Calculo que a situación será complicada nestes inicios de ano. Creo que a partir de maio e xuño poderemos empezar a tirar para arriba, porque máis para abaixo non podemos ir».

Bajo su punto de vista, el principal escollo radica en la desconfianza de los ciudadanos, en su temor a lo que pueda pasar: «O problema non é que vendas o produto barato, senón que non hai xente para mercalo. Coches que hai dous anos vendíamos a 17.500 euros agora custan 14.500, pero non hai compradores. Na nosa marca hai vehículos que baixaron moito de prezo e, ademais, regalas equipamentos que antes había que pagar, pero a cuestión está en que a xente freou en seco o gasto neste capítulo, ao igual que o fixo noutros».

Gastar lo imprescindible

El empresario José Abelleira comenta que los trabajadores tienen una gran inseguridad, miedo a perder sus empleos y que, ante esta circunstancia, eliminan cualquier desembolso que no sea imprescindible: «Hai xente que mantén o seu emprego e o seu nivel de ingresos, a eles non lles afecta a crise, pero non se atreven a gastar porque hai una gran desconfianza».

Sin embargo, tener un turismo resulta imprescindible en muchos casos porque es el medio de transporte para acceder al puesto de trabajo o, incluso, es necesario en el propio ejercicio de la profesión. Lo que ha cambiado es el coche que se busca en este tipo de casos: «Antes unha persoa empezaba a traballar e coa primeira nómina xa mercaba un turismo novo. Ultimamente a xente mira por vehículos de segunda man e xa atendín a máis dun que miraba por coches cun prezo inferior aos mil euros. Búscanse vehículos de mil ou dous mil euros, algo que sirva para ir tirando e que cumpra a súa función».

De segunda mano

Ante este panorama no es de extrañar que José Abelleira hable de un repunte de la demanda de automóviles de segunda mano. Incluso, el empresario tiene clientes que, ante la imposibilidad de afrontar las cuotas mensuales de la financiera, se han visto obligados a acudir al concesionario para revender el vehículo: «Hai uns días recollín un que vendera no mes de xuño».

Otro aspecto al que alude Abelleira es el hecho de que algunos potenciales compradores ven frustrados sus deseos porque las financieras no les conceden el préstamo necesario para que puedan formalizar la adquisición del coche.

Este profesional considera que tendrá todavía que transcurrir bastante tiempo hasta que los ciudadanos adquiera la seguridad necesaria para volver a realizar determinado tipo de gastos.