La popular frase de que del cliente siempre tiene la razón parece estar muy presente en los establecimientos hosteleros de la zona. Si la telefonía y la electricidad son los sectores en los que el consumidor se siente más estafado, el otro lado de la moneda lo muestra la hostelería. Y es que en ninguna de las OMIC existentes en Barbanza se presentan reclamaciones significativas en este ámbito.
La causa de la escasez de este tipo de queja se debe, según los técnicos, a que en los propios locales ya existen hojas de reclamación y a que, en general, el hostelero cuida su clientela con especial mimo.
En relación al comercio, las cifras muestras en Ribeira menos de una decena de denuncias firmes en la compra de viviendas, productos informáticos, alimentación, calzado y complementos. Sin embargo, la compra de electrodomésticos y las operaciones de compraventa de vehículos suponen un conflicto mayor aunque las reclamaciones formales no alcanzan cifras muy elevadas.
Es destacable que el nuevo marco legal del comercio gallego introduce nuevos puntos de protección del consumidor, especialmente en los cambios y devoluciones y la fijación de los precios y de las ofertas.