La existencia de la planta de Servia es una carrera de obstáculos en la que tras cada valla superada aparece otra nueva. Modelo de reciclaje a nivel estatal y ejemplo a seguir se ve afectada, sin embargo, por todo tipo de trabas. El problema del polvorín y la sentencia judicial de suspensión de actividad son asuntos resueltos. También avanza por el buen camino el conflicto de la deuda con FCC, pero la calma no llega. Ahora, el quebradero de cabeza está en la acumulación de plásticos.