Cuando faltan algo más de dos meses para los comicios municipales, y van desvelándose las composiciones de las diferentes listas electorales, coge apogeo la costumbre de confeccionar quinielas sobre los resultados. Jugándose unos vinos o las tradicionales porras con apuesta inundan las tertulias e incluso llegan a plasmarse en «documento público» que será colgado en la pared del bar.
Hay lugares que dan mucho juego por la incertidumbre del resultado, y otros, más por la distribución de los escaños que el futuro titular del bastón de mando. Este puede ser el caso de A Pobra donde quizás la incógnita tan solo sea el reparto de fuerzas en la oposición. Parece asegurado el triunfo del PP y quedaría por saber si el PSOE es capaz de discutir la supremacía opositora al BNG.
En Ribeira, que era un antiguo exponente de esta situación, tenemos la novedad de un cambio de timonel en los populares. Hay que testar incidencia, y si Ruiz logra la mayoría absoluta que Torres mantuvo por escaso margen. Por lo demás, asegurada una presencia importante de independientes y del BNG, a saber si los socialistas serán capaces de mejorar su posición.
Otro caso que ahora ofrece más dudas es Rianxo. Gey se enfrenta por primera vez al reto de lograr la mayoría absoluta para el PSOE, característica de las citas municipales en la patria chica de Castelao. Su nombramiento, que dejó críticas internas más o menos públicas, y su reciente afiliación al partido no le garantizan el voto de toda la familia socialista. Otra cuestión a desvelar es si por fin los populares rianxeiros encontraron su mirlo blanco.
Más complicado está en Boiro, Noia y Porto do Son. En los dos primeros municipios puede ser decisiva la aparición de dos listas independientes surgidas del PP o sectores muy próximos. En los tres se han vivido situaciones políticas muy agitadas, a veces con cambios traumáticos y con una actividad pública con mucho personalismo. Una historia trufada de adhesiones inquebrantables y rechazos viscerales.
En Porto do Son todo apunta a una posible reedición de un gobierno bipartito. En Noia, la lista que encabezará Marisol Villar parece tener un respaldo significativo, teniendo en cuenta la asistencia a su presentación y el número de afiliados. Si eso se traduce en votos será un importante lastre para el PP que liderará Antonio Pérez y, por extensión, una ayuda fundamental para que los socialistas sigan en la alcaldía.
En Boiro la opción independiente parece perder fuelle y, por tanto, representaría un menor peligro. Pero aquí los resultados parecen hilarse más fino por lo que representa un serio hándicap para Dieste, no tanto por lo que pueda sacar Javier Chouza sino por lo que le reste. Si a ese hecho le sumamos nuevas intervenciones públicas que lo perjudican seriamente, lo tendría muy difícil el popular. Se supone que Velo bajará, pero con un concejal puede ser decisivo una vez más: ¡Ollo ó Cristo que é de ferro!.