La Voz de Galicia informó, el 30 de junio de 1998, de las protestas de los vecinos que se oponían a la ubicación de un taller para la construcción de embarcaciones recreativas en el puerto. Los afectados insistían en que ellos no tenían nada contra la firma sino contra los modos de la Xunta para conceder la autorización. Y es que la oposición fue muy dura. Los promotores llevaron al juzgado a un grupo de discrepantes porque incluso llegaron a entorpecer las obras. Racomar aún colea en la memoria de los vecinos.