Lo cuenta con la normalidad a la que se ha acostumbrado después de un largo tiempo recibiendo los vertidos, dice, del hipermercado que Eroski tiene en A Barquiña, en Noia. Eva Santiago comenzó a vivir este calvario hace ocho años, cuando se iniciaron las obras del recinto: «Este fue el principio, desde entonces no han parado y parece que no hay intención de hacerlo», explica.
Según relata, son varios cientos de denuncias las que ha presentado en diversos organismos, sin que el vertido cesara, ya que a día de hoy sigue anegando el terreno del que es propietaria. El último capítulo de este prolongado viacrucis se vivió hace varios días. La firma, que hace tiempo inicio la construcción de una gasolinera a pocos metros del centro comercial, y que Augas de Galicia paralizó, reanudó las actuaciones en esta parte de su terreno. Según explican desde Eroski, la actuación respondía a la exigencia del Concello de Noia, que le obligó a vallar las obras de la gasolinera, tapar el agujero realizado en su día y vaciar el agua acumulada, que además estaba podrida.
Las obras duraron varios días, y según explica Eva Santiago, «aprovecharon para realizar algún avance más. Además, ese agua podrida la vertieron en mi finca una vez más, algo a lo que no hay derecho».
La realidad que desde hace años vive esta noiesa se puede ver y oler solamente con acercarse a los terrenos de los que es titular.
Tanto es así que hace dos días fueron técnicos de Augas de Galicia los que visitaron las obras y el terreno en donde se están produciendo los vertidos, asegurando a la afectada que realizarán la retirada del agua acumulada en su propiedad.