El coste que supone a las arcas municipales mantener los arenales en óptimas condiciones hace que, en su mayoría, los concellos recurran a trabajadores municipales a la espera de que, desde otras Administraciones, lleguen las subvenciones solicitadas tanto para la contratación de personal destinado específicamente a esta tarea como a la vigilancia en las playas.
Sin embargo, aunque los alcaldes esperan que les confirmen o no la concesión de estas ayudas a finales de este mismo mes, el dinero de la Xunta de Galicia y la Diputación no llegará hasta el verano, de manera que, hasta entonces, serán empleados municipales los que lleven el peso de la mejora de los arenales.