El elevado volumen de plicas que se presentan a los concursos hace que las áreas de contratación se vean desbordadas. No en todos los municipios se dan casos tan extremos como los de Porto do Son y Muros, con cerca de medio centenar de propuestas por concurso, pero que haya una media de veinte se ha convertido en lo más habitual.
Así sucedió, por ejemplo, con intervenciones como la del campo de fútbol de Cadreche o la canalización del río Morto.
En Lousame, el mandatario, Santiago Freire, explica que a la última licitación efectuada, la correspondiente al arreglo del tramo que une Tállara y Portobravo, concurrieron una docena de empresas.
Valoración
Al tener un volumen tan elevado de propuestas que valorar, el proceso de análisis de cada una se ha multiplicado. El regidor pobrense, Isaac Maceiras, comenta que antes el proceso podía liquidarse en un par de días, pero que ahora es raro que baje de las dos semanas.
En términos similares se expresan en otros ayuntamientos, como Muros o Porto do Son. Además, y según comenta la edila de Obras sonense, Ánxela Franco, las empresas miran el procedimiento con mucho detalle.
Los representantes municipales señalan que es normal que se produzcan este tipo de situaciones porque la construcción se ha desplomado y las compañías tienen que buscar trabajo. El problema es que las inversiones en los ayuntamientos están bajo mínimos.