Año 2011 y una gran parte del ganado equino de la comarca sigue sin identificar. Los lobos atacan, pero el miedo de los ganaderos a sufrir las represalias de la Administración por sus negligencias hacen que no exista constancia de estas envestidas carnívoras. Mientras, los comuneros están atados de pies y manos, igual que el Seprona, que nada puede hacer mientras en el sector no se conciencien.