En la vida de David Vidal existieron y existen otras cosas que nada tienen que ver con el fútbol. Desde hace 37 años vive en Cádiz, ciudad en la que se casó, y en donde formó una familia junto a sus tres hijos. El buceo es una de sus aficiones. La practica a diario, tanto en el litoral gaditano como en la ría de Muros-Noia cuando visita a su familia. Sobre su infancia no deja pasar la oportunidad de recordar su paso de seis años por el seminario de Santiago. «Estudié para cura y es algo de lo que me siento orgulloso» exclama rotundamente.
Se trata de una experiencia que cada año revive con sus compañeros de promoción. «Nos juntamos en Santiago en una casa rural los que empezamos en 1960 a estudiar juntos. De los 160 que éramos solo llegaron a curas dos ya que el resto lo dejamos», explica. Ahora, el verano se lo plantea a la espera de ofertas que estudiará y siendo consciente de que aún está capacitado para demostrar mucho más en su oficio de siempre.