Barbanza mira al mar. Y ese es el eje sobre el que gira su turismo. Un sector que genera riqueza y empleo. El problema es que los oficios de este gremio no avanzan. Están estancados, son eventuales, suponen muchas horas y no están bien pagados. Una marca turística como es Barbanza necesita ofrecer un servicio a la altura de sus playas. Por eso, ahora más que nunca, es necesario invertir en formación para obtener cuanto antes los resultados a través de profesionales.