25 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.
La noche de San Juan es una de esas jornadas en las que uno agradece que se conserven ciertas tradiciones. La reunión de los vecinos en torno a la hoguera, las sardiñadas, el olor de las hierbas al lavarse la cara por la mañana... Traen a cualquiera recuerdos de una infancia feliz. Lástima que lo que debería ser un noche mágica acabe tantas veces empañada por el empeño de algunos de convertir una tradición ancestral en la oportunidad para hacer quemas sin mayor miramiento.