Parece que la sangría poblacional en la que está inmersa la comarca todavía está lejos de haber tocado fondo. Las previsiones apuntan a que los padrones de habitantes del área barbanzana seguirán perdiendo inscritos al menos durante otros cinco años. De cumplirse las proyecciones de población realizadas por el Instituto Galego de Estadística (IGE), los once municipios de Barbanza, Muros y Noia tendrán, el 1 de enero de 2011, un total de 121.595 habitantes, casi dos mil vecinos menos que en la actualidad.
Este desplome vendrá provocado, previsiblemente, por el agravamiento de la despoblación de las zonas más rurales y por la ralentización del crecimiento demográfico que venían experimentando hasta el momento municipios como Ribeira, Rianxo o Noia.
Situación novedosa
De hecho, por primera vez en la última década, las estadísticas del IGE auguran que la comarca de Barbanza también sufrirá un descenso de la población hasta el 2017, aunque este es de tan solo 30 personas. Pese a la escasa magnitud de la cifra, preocupa el hecho de que, hasta el momento, la barbanzana era una de las únicas diez comarcas de toda Galicia en las que los censos poblacionales aumentaban año tras año.
Datos previsibles
Más previsibles resultan, sin embargo, los datos que apuntan a recortes en los vecindarios futuros de los municipios que forman las zonas geográficas de Muros y Noia. La primera perderá, según el estudio, 724 habitantes lastrada por la caída de población de Carnota y, en menor medida, de Muros. Por su parte, la segunda bajará en 701 personas su censo debido, en gran medida, a las malas cifras de los municipios de Outes y Lousame.
Mazaricos, por su parte, integrado junto con Santa Comba en la comarca del Xallas perderá, según la proyección de población publicada por el IGE, algo más de 350 vecinos.
Este documento también augura que uno de cada cuatro vecinos -más de 30.000 personas en términos absolutos- tendrá en el 2017 más de 65 años.