Según los estudios elaborados por varias organizaciones de productores, la repercusión económica que la subida de los combustibles tiene en una granja media de la zona supera los 2.800 euros anuales. Paliar este hecho no resulta sencillo.
¿Qué medidas pueden aplicar los ganaderos para aminorar el impacto de la subida?
No pueden hacer más que optimizar el uso de la maquinaria y racionalizar aspectos como el abonado de las fincas. Esto es, prescindiendo de los fertilizantes químicos y apostando por el purín de sus propias granjas.
¿Reciben algún apoyo de la Administración?
El gasoil agrícola está bonificado por ley, si bien este recorte en el precio se antoja insuficiente en un contexto de crisis de precios como el actual. En determinados ejercicios, la Agencia Tributaria también puede disponer la devolución del impuesto de hidrocarburos a las granjas. Aproximadamente 80 euros por cada 1.000 litros.
¿Negociar de forma conjunta puede ser una solución?
Sí, y de hecho ya lo hacen a través de cooperativas. Los descuentos por volumen pueden llegar a los diez céntimos con respecto a las gasolineras.