Situación difícil es la que se está viviendo en Baroña con la actitud que muestra un sector de los campistas que ocupan de manera irregular los montes de este lugar. A veces resulta difícil entender la actitud de cierta gente que pone en duda y reta a los poderes establecidos que sustentan el Estado de derecho en el que vivimos. Si en Baroña se pudo acampar durante décadas, los que practicaron esto aprovechando la permisividad de las Administraciones no tendrían ahora que oponerse a los que quieren hacer que se cumplan las leyes. Y mucho menos intentar echar un pulso arrancando la señalización recientemente colocada. Ahora habrá que ver cómo reacciona el nuevo ejecutivo local, ya que esta provocación, al igual que otras en forma de hogueras realizadas en un pinar seco, con árboles sudando resina y con el mercurio rebasando los treinta agrados, todavía no se ha transformado en tragedia. Por suerte.