Las terrazas de las cafeterías ya forman parte del paisaje urbano. Resulta difícil pasear más de cien metros sin toparse con alguna. La ley antitabaco ha dañado al sector hostelero, que ve en la instalación de estas estructuras un alivio a las pérdidas económicas y la mejor forma de captar clientes fumadores. Pero no vale todo. Los veladores deben respetar el espacio público y dejar respirar a los ciudadanos.