En solo dos años esta médico palentina ha pasado de simple concejala de la oposición a representar a Soneira a nivel coruñés y a liderar el PP de Vimianzo
27 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Carmen Borbujo es castellana, está separada y lleva el pelo largo, de un color rojo encendido. A pesar de todo ello, o quizá por ello, en las pasadas elecciones estuvo cerca de convertirse en la primera alcaldesa de la Costa da Morte. No lo logró, pero sí un cargo de diputada provincial, la primera de la zona.
-Usted es de Palencia ¿Cómo llegó a Galicia?
-Yo hice medicina en Valladolid. A la hora de escoger plaza por el MIR en Madrid pedí más un lugar que una especialidad. Yo quería irme a Galicia. Entonces Medicina de Familia estaba empezando, me hablaron del Juan Canalejo y decidí ir a A Coruña. Yo conocía Pontevedra porque desde pequeña venía de vacaciones. A mi primera pareja le hice venir de cámping a las islas Cíes. Siempre me he sentido muy integrada en la cultura y el ambiente de esta autonomía. Había una cosa que me llamaba muchísimo, que era la lengua. Me encanta el gallego. Lo que más me duele es no poderme expresar como quisiera en gallego y por eso no lo utilizo. Yo creo que cada uno tiene que comunicarse de la manera que mejor pueda. Yo nunca he tenido problemas en Galicia de que la gente no me entendiese porque hablaba castellano. Cuando ha habido alguno he insistido a la gente que me hablase en gallego, porque me gusta y respeto una lengua que para mí es hermosa, que representa una cultura y que creo que todos los gallegos tienen que conocer, porque es la forma de comprender su propia historia. Pero es una tristeza que no pueda utilizar el idioma yo como quisiera. Mi hijo, que es mi mejor crítico, como política y como lo que haga falta, es el que dice que mejor que no hable gallego porque hago reír.
-Los españoles tenemos fama de vergonzosos con los idiomas. A lo mejor conviene lanzarse.
-Yo me he lanzado. Cuando comencé la campaña electoral hace dos años. Me planteé hablar correctamente el gallego en menos de un año, pero me sorprendió ver que la gente me entendía menos hablando en gallego que cuando lo hacía en castellano. Entonces decidí que mi discurso no podía ser en gallego. En Vimianzo la gente me conoce como soy y no sé por qué tengo que cambiar.
-La progresión del PP desde que está usted ha sido llamativa. En teoría no era el mejor candidato, por ser mujer y castellana. Quizá triunfó porque era necesario un cambio.
-Creo que cuando ofreces un trabajo y unos resultados la gente gente no mira determinadas cosas. Cuando llegué a Vimianzo yo venía de la ciudad, era casi una niña, vestía vaqueros, chupas de cuero y pelo largo rojo. Aquí estaban acostumbrados a un tipo de médico diferente. No pasó más de una semana y tenía una cola tremenda en la puerta de la consulta. A la gente lo que le importa es que seas una persona capaz de resolver, honrada, trabajadora y capaz de llevar las cosas hacia adelante. Eso me pasó en medicina y en política.
-¿Cómo ve la política desde donde está ahora, en su cargo de diputada?
-Dentro de mi partido no puedo decir que la política me haya defraudado. Ahora tengo acceso al entramado de la política a un nivel diferente. Esto en lugar de quitarme la ilusión me ha aumentado el gusanillo. Esta actividad requiere una gran vocación. Para la medicina no hace falta, pero para la política sí. Necesitas unas espaldas muy anchas, tienes que aguantar mucho y dejar cosas de lado. La causa, sobre todo cuando vas creciendo a nivel político, es la mala prensa. Eso es triste porque esta ocupación tendría que estar muy bien vista, porque es una dedicación a los vecinos, para intentar mejorar a la ciudadanía. Todo ello es debido a un determinado sector, que ha utilizado la política de forma inadecuada, que recurre a la difamación en lugar de intentar llegar a un acuerdo. El estar metida a un nivel más alto te hace sentirte más responsable. Te hace ver que puedes hacer más cosas, aunque a mi me da dolor de corazón no poder hacer todo lo que quisiera. El día me tendría que durar más horas. Dedicarse a la política es un vicio.
-¿Y cómo le va la vida privada, porque ha pasado en poco más de un año de ser una concejala de la oposición a casi compartir el gobierno municipal y a ser diputada provincial?
-El cambio ha sido muy grande. Soy la imagen viva del PP, que es moderna y actual, no lo que transmiten desde algunos sectores políticos. Soy una mujer separada, con un hijo, vivo con un compañero desde hace muchos años, represento a un concello y a una comarca. Esa es la mujer del PP y me siento muy orgullosa. Desde hace dos años me ha cambiado mucho la vida. Doy gracias de tener un compañero que me apoya y colabora estando ahí. La verdad es que detrás de una mujer que se dedica a tantas actividades y está metida en este mundo tan complicado tiene que haber un gran hombre. Lo tengo y me apoya y me espera los días que llego de madrugada por razones de trabajo y nunca me lo ha recriminado. Esa es la familia que se tiene que buscar hoy por hoy. Que no sea la mujer la que esté esperando al hombre, sino que tanto uno como el otro tengan unos objetivos marcados en la vida. Cada uno tiene que trabajar y es importante que el hecho de tener una pareja no te impida desarrollarte como persona. Hay que compaginar todo ello con el aspecto más importante de cualquier persona, tanto hombre como mujer, que es la posibilidad de ser padre o madre. Sin embargo, por encima de todo está mi hijo, igual que le ocurre a cualquier padre.
-Es una de las pocas mujeres de la zona que ha encabezado una lista.
-Yo creo es una pena que la mujer no haya accedido antes a la política. Damos una visión un poco diferente e incluso podemos ser más políticas que los propios políticos. Nuestras capacidades son iguales o incluso mejores que las de cualquiera en el tema intelectual y si no hemos accedido antes a la política ha sido porque nos estábamos dedicado a otras actividades, sobre todo a la familia. En cuanto la mujer se ha formado y ha accedido a otro tipo de intereses ha entrado en la actividad pública y eso va en aumento. Yo no creo en la paridad en las listas. Creo que cada uno tiene que tener su puesto por lo que puede dar y no por su sexo. Al contrario, me parece que tenernos que poner ahí como a calzador es contraproducente. Yo en ningún momento me he sentido discriminada por ser mujer y todo lo que tengo lo ha conseguido como persona. No creo que haya que hacer eso división continua entre mujeres y hombres. Eso genera diferencias. De todos modos creo que cuando las mujeres nos metemos en política somos incluso más duras y más fuertes que los hombres.
-Ha estado cerca de ser la primera alcaldesa de la Costa da Morte
-Sí. No nos podemos quejar de los resultados. Para llevar solo un año de trabajo, las cosas nos fueron muy bien. Me hubiese gustado que hubiese habido un cambio, sobre todo por mi pueblo, y que los vecinos pudiesen comprobar que hay otras maneras de hacer política. Las elecciones marcaron un antes y un después. Hasta la elección del alcalde yo era muy idealista a nivel político. Durante las dos semanas siguientes a las votaciones me di cuenta de que la política conlleva una parte que a mi no me gusta. Nunca he estado de acuerdo con las maniobras para conseguir el poder utilizando a las personas. Yo no me dedico a la política por dinero y no me va la vida en ser alcaldesa, pero sí en trabajar por Vimianzo y la provincia.
-¿Cree que el alcalde acabará el mandato?
-Parece ser que no lo hará, por las declaraciones que ya ha hecho en la prensa. Ante las luchas de poder, Carmen Borbujo no se va a quedar parada. El objetivo a nivel de política municipal es conseguir la alcaldía y yo creo que si la tiene el PP será beneficioso para el Concello de Vimianzo.