El responsable del Taller de Proxectes de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan Santacana, es el autor de la idea que ganó el concurso de 2004. Reconoce que le gusta el pabellón diseñado por Francisco Vidal y afirma que «cumple con las ideas de las que nosotros partimos, aunque lo enfoca de otra forma. Hace dos edificios y yo hubiera preferido uno, pero eso es secundario porque lo importante es que se proteja el dolmen y que permita una interpretación del conjunto. Si además se puede hacer de una forma ligera y no pesada se cumple el principal objetivo». El especialista en pedagogía echa de menos que no haya proyecto museológico, aunque supone que «está implícito».
Joan Santacana recuerda las dificultades con las que se encontró. Afirma que «los problemas que salieron fueron de dos tipos. Nosotros ganamos un concurso con un proyecto básico que luego unos arquitectos desarrollaron mejor o peor. Pienso que en la idea había todos los elementos necesarios para resolver los problemas que desde la Xunta se plantearon, pero probablemente no hubo el interés para que funcionara y fue bombardeado. No diré que es normal, pero es evidente que la Xunta tiene capacidad para modificar un proyecto cuando cree que no cumple las condiciones. Es muy discutible y, de hecho, lo discutimos mucho».
El técnico considera que en todos los casos «quien manda es el monumento, es el objetivo de la protección. Es el que debe opinar sobre el resto de consideraciones».
Cree que la actuación deben ser más llamativa. Afirma que «Dombate en el pasado prehistórico fue un elemento muy significativo en el paisaje, impactó. Hoy estamos acostumbrados a volúmenes mayores. La protección no puede ser invisible, ha de ser la huella de nuestro siglo sobre el paisaje. Me parece que es inevitable. Lo más importante es la protección, pero lo segundo es que lo hacemos para que un público que no es arqueólogo pueda comprender lo que ocurrió en Galicia y en Europa occidental durante la etapa megalítica».
Para Joan Santacana «el centro de interpretación tiene que ser muy potente, yo no lo puedo concebir como una simple exposición de carteles. Tiene que ser interactivo, importante desde el punto de vista ideológico, interpretativo y tecnológico. En Dombate se aplicó la principal tecnología punta del período megalítico, en la interpretación deberíamos hacer lo mismo».