La crisis económica ha hecho mella en los alquileres de pisos y viviendas en la Costa da Morte. Todas las inmobiliarias consultadas han coincidido en que julio será catastrófico, sobre todo la primera quincena. Para los primeros días del próximo mes apenas hay reservas, cuando lo habitual es que la demanda comenzara en mayo y se completara el junio. Cuando apenas faltan diez días para que empiece la temporada de verano, la mayor parte de los pisos y casas que se ofrecen por temporada presentan el cartel de disponible.
Sin embargo, la falta de demanda no ha hecho bajar los precios. Un piso en la costa, de dos habitaciones, cuesta 1.200 euros en agosto, aunque puede llegar a los 1.400 y por alguno piden incluso 1.800 euros. En julio, la cotización baja hasta los 900 o 1.000 euros, que es también lo que piden por las casas de aldea del interior.
Apigest, que trabaja básicamente en Corcubión y Fisterra, reconoce que, a estas alturas, el año pasado ya tenían apalabrados una docena de alquileres para julio y agosto, en tanto que este año solo han cerrado dos tratos, lo que da una idea de lo difícil de la situación.
Ana Pose, de la Inmobiliaria Pazos, también habla de crisis. Asegura que se está viviendo un bache importante, y reconoce que en estas fechas en años anteriores ya tenían casi cerrado tanto julio como agosto, salvo alguna semana suelta, en tanto que ahora está todo disponible.
La cuestión no afecta a ningún pueblo en concreto, sino que abarca toda la Costa da Morte. Se esperan pocos veraneantes este año.
En Laxe, Fermín Simal, en cambio, asegura que el descenso ha sido apenas del 30%, aunque se ha notado y prevé un inicio de la temporada extraordinariamente bajo. De todos modos, la peor parte de la crisis, según afirma este gestor, se la ha llevado la venta de pisos, que ha caído en picado, lo que también mantiene parado el sector de la construcción.
También en Laxe, uno de los municipios más turísticos, los precios siguen igual. Fermín Simal considera que la bajada de los alquileres se debe fundamentalmente a que para el que alquila 1.000 euros es mucho, en tanto que para el que ofrece el piso considera que por este dinero vale la pena tenerlo cerrado, lo que ha hecho caer el mercado.
Reconoce que este mes de junio la demanda ha sido mucho más baja que el año pasado y explica que el descenso ya comenzó en Semana Santa, que fue la peor de los últimos años y el alquiler de pisos fue casi inexistente en la localidad.
Las inmobiliarias consultadas tienen la esperanza de que el mercado se recupere en agosto, que es la mejor época de todas en esta zona. De todos modos, las reservas para ese mes no son ni la mitad de las que hubo el año pasado, cuando ya comenzó el declive de la Costa da Morte. Además, la mitad de los que ya han cerrado tratos son personas que vienen todos los años, por lo que habrá menos turistas habituales en las localidades de la comarca durante buena parte del verano.