En los últimos seis meses, siete percebeiros de Muxía han abandonado el oficio para enrolarse en barcos de pesca. Hace poco más de un año, la tendencia era justo la contraria y la cofradía solicitaba ampliar el número de permisos de explotación ante las demandas de los vecinos.
Las rentas de los mariscadores de la Costa da Morte son ahora un 40% más bajas que hace solo dos años. En Camelle acaban de cerrar una campaña de 13 jornadas y únicamente en dos los profesionales consiguieron el cupo, que, por otra parte, se ha reducido a cuatro kilos.
En todas las concesiones de la zona se han notado una drástica reducción de los recursos marisqueros. Todas las cofradías achacan esta situación al furtivismo. La acción continuada de buceadores ilegales ha dejado limpias las rocas del fondo, cuya población debía servir para relevar la que se encuentra en el área intermareal, en la que trabajan los profesionales con carné.
La extracción masiva de ejemplares adultos, a los que solo se puede acceder con bombonas de oxígeno, y los sucesivos temporales son las razones de una escasez que amenaza la supervivencia de centenares de familias de la zona.
Delito
Para hacer frente a esta situación, varias cofradías están decididas a que el Parlamento trate la posibilidad de que el furtivismo sea considerado un delito y no una falta administrativa.
José Manuel Martínez Escarís, patrón mayor de Fisterra y vicepresidente de la Federación Gallega de Cofradías, reconoció que el asunto que más preocupa en el sector es el del furtivismo, y señaló que es uno de los primeros que se tratará con la nueva Administración autonómica. De hecho, la mayor parte de los responsables de agrupaciones marisqueras están esperando a que la nueva Consellería do Mar esté a pleno rendimiento para tratar este tema con su responsable, Rosa Quintana.
Los pósitos consideran que deberían cerrarse todos los bancos por tiempo indeterminado, pero ninguna cree que los profesionales puedan aguantar, por lo que la de Camelle solicitó ayudas para un paro biológico, pero su demanda fue rechazada.
Otra cuestión es que los problemas económicos que tienen las cofradías limitan la contratación de vigilantes y son muy pocos los mariscadores que aceptar realizar el trabajo.