Las familias no se mojan. Esta es a la conclusión a la que se llega después de comprobar que solo un 10% de los padres de alumnos de los institutos carballeses pertenecen a alguna ANPA. «Es una vergüenza que en centros de más de 600 alumnos solo haya una media de 40 asociados», comentaba Encarna Herranz, presidenta del colectivo de padres del IES Monte Neme, que se reunió en La Voz con otros representantes de la capital de Bergantiños para analizar los datos del fracaso escolar en segundo de bachillerato. Los presidentes de las entidades locales están de acuerdo en que los los escolares entran demasiado pronto en los institutos. «Un niño de 12 años apenas ha madurado cuando, de repente, pasa a un sistema intermedio, en el que desaparece esa aproximación con el profesor. Ese cambio brusco les perjudica en su rendimiento académico», apuntó José María Arán. En su opinión, «es necesario abrir períodos de adaptación, tanto para los niños como para los profesores».
Sistema
El sistema educativo es, según el colectivo, otro de los problemas que hacen que la formación de los menores sea cada vez más deficiente. «Hemos perdido alumnos muy buenos por este plan que, en mi opinión, está siendo muy perjudicial para la educación», argumentó José García, del Alfredo Brañas. Según Arán, «la ley actual no sirve, porque el escolar que suspende pasa de curso, y eso hace que no estén motivados».
Los padres criticaron la falta de vigilancia de algunos centros. «El problema está en que cuando los menores llegan al instituto, como el transporte escolar está en el centro minutos antes de empezar las clases, nadie vigila a los pequeños hasta el momento de entrar en el aula, aunque la ley lo contempla», denunciaron. Para Miguel Paredes, que representa al IES Isidro Parga Pondal, «los profesores deben enseñar a estudiar y dar unas pautas a los jóvenes para trabajar de una forma eficiente. Entre todos, tenemos que crear unos hábitos positivos en nuestros niños».
Pero el de ayer no fue solo un día de reproches, ya que los padres aprovecharon la ocasión para intentar poner soluciones sobre la mesa. Entre ellas, piden el aumento de profesionales especialistas que puedan tratar el fracaso escolar, motivando a los alumnos, a través de los servicios de orientación. Otras de las cosas que demandan es la máxima vigilancia en los recintos y que se abra un período de adaptación para los alumnos que, cada año, ingresan en el primer curso de la ESO. Por último, las familias solicitan que los profesores de primaria tomen contacto con los de secundaria para diseñar, entre todos, planes de formación eficientes.