El Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña fue ayer escenario de una vista oral por un presunto delito de prostitución de una menor en el año 2005, por el que estaban acusados la hermana de la joven, el propietario del club de alterne Montblanc de Arteixo, y el recepcionista de este mismo establecimiento, y para los que el Ministerio Fiscal pedía dos años de prisión para cada uno. La primera en comparecer fue la familiar de la menor, que se consideró inocente de los hechos que se le imputaron, y explicó que su hermana no ejercía la prostitución en dicho local, ni ella le había dicho que lo hiciera.
El segundo en tomar la palabra fue el recepcionista del establecimiento, quien dijo que se imaginaba que en ese local se ejercía la prostitución, pero que no conocía a la chica menor de edad, ni sabía si esta trabajaba allí. Por último, habló el que era dueño del Montblanc en el año 2005, quien aclaró que este edificio era un hostal, aunque él era consciente de que en esa fecha allí se ejercía la prostitución. Finalmente, y al contestar las preguntas realizadas por la fiscal, el imputado reconoció que no sabía que la chica era menor de edad.
Testigo protegido
En el juicio también comparecieron varios de los guardias civiles que participaron en la investigación de este caso, que se inició tras una denuncia de un testigo protegido, quien había afirmado que en dicho establecimiento ejercía la prostitución una menor de edad. Según afirmaron los agentes, dos de ellos vigilaron la entrada del personal en el Montblanc, y luego entraron vestidos de paisanos para intentar localizar a la menor, quien les confesó que «trabajaba allí con mi hermana»
Una vez localizada la presunta víctima, llamaron al resto de efectivos de la Guardia Civil de los cuarteles de Carballo y A Coruña, que acudieron al local para abrir las diligencias oportunas y revisar el club, en el que descubrieron varias libretas con anotaciones de los trabajos realizados por la menor. Dos camareros que trabajaban en el Montblanc también acudieron ayer a declarar, aunque mientras uno afirmó que no tenía ni idea de que se trataba de un bar de alterne, el otro confesó que no sabía que trabajaban en él menores de edad.
El letrado Víctor Espinosa, abogado del dueño y del recepcionista del negocio, solicitó la libre absolución del segundo, y la reducción de la condena para el primero, por su colaboración en el juicio y por dilaciones indebidas. Finalmente, el juez decidió absolver a la hermana de la joven y al trabajador del Montblanc, mientras que al tercer imputado, el propietario del club de alterne, le impuso una multa económica de dieciséis meses.