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La polémica limpieza de la arena de Camelle cuesta 600.000 euros

La Voz

CARBALLO

El empleo de áridos de canteras está descartado y las tareas durarán cinco meses hasta su finalización

23 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El inicio de las obras de regeneración de la playa de Camelle pone fin a la polémica y a los rumores que apuntaban a que en el arenal camariñán acabarían toneladas de arena procedentes de canteras. Desde el Ayuntamiento explican que con las obras en marcha se pone fin a los intentos de «contaminar a la opinión pública».

Las actuaciones, adjudicadas a la empresa López Cao, comenzaron el lunes y tienen un plazo de ejecución de cinco meses. Tal y como aseguraba el Concello de Camariñas, no habrá áridos de fuera. La empresa tiene el encargo de Costas, entidad dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, de emplear solo los materiales de la zona. Así, las máquinas que ya trabajan en el lugar se dedicarán solo a recoger la arena y a cribarla.

El precio de salida de la obra superaba los 900.000 euros. Finalmente la compañía que se llevó el contrato hará el trabajo por algo más de 600.000 euros. Ayer en Camelle algunos vecinos se preguntaban si realmente era necesarios invertir cien millones de las antiguas pesetas en pasar la arena por un tamiz para devolverla a su sitio, existiendo otras formas de limpieza más baratas.

Según explican desde el Concello de Camariñas, habrá trabajos complementarios a los de cribado. Teóricamente, una máquina se encargará de moler las piedras que superen determinada medida para devolverlas a la playa en forma de arena. Por ahora, nada se sabe de esa actividad, y lo único que se está haciendo en Camelle es extraer la gravilla en grandes camiones para pasarla después por un filtro. La operación se realizará en los 300 metros de largo y 105 de ancho que tiene la playa. Está previsto que pasen a través de un tamiz cerca de 43.000 metros cúbicos de material. En un principio se estimó que sería necesario aportar otros 9.500 metros cúbicos más para devolver a la playa su aspecto anterior. Ahora parece que ese aporte se conseguirá a través de las rocas que allí había.

Así, las piedras y las hierbas que crecían en el lugar desaparecerán en los próximos meses para dar paso a una arena fina y sin impurezas. Eso sí, después de pagar una factura de 600.000 euros.